Tania Robles Andrade, nutrióloga, fitness y health coach, pondera como un factor clave para aminorar el riesgo de padecer cáncer de mama; abordar la obesidad, por tal motivo, resulta de vital importancia seguir una dieta balanceada alta en frutas, verduras, proteínas y cereales; por otra parte, debe ser baja en grasas y azúcares.
Nada mejor que tener una alimentación variada, así se evitarán carencias nutricionales, derivado de lo anterior, es necesario enfocarse en macronutrientes: carbohidratos, proteínas y lípidos, destacó Tania Robles, quien agregó que, los carbohidratos involucran el consumo de papas, arroz, pan y pasta (preferentemente integrales), mientras las proteínas, incluyen carnes magras: pollo, pescado, huevo; en tanto que, los lípidos (grasas) comprenden el aguacate, aceite de oliva extra virgen, frutos secos, salmón y pescados azules.
Los efectos adversos en el tratamiento del cáncer de mama, pueden consistir en diarrea, nauseas, vómitos, pérdida de apetito, entre otros; y, lo recomendable es consumir alimentos en pequeñas porciones, ya sea, yogurt, sopas, quesos blancos, sándwich, galletas saladas, frutas y nueces.
Las pautas alimenticias durante el tratamiento varían en cada paciente, sin embargo, comer poco y de manera frecuente es recomendable. Otra indicación radica en mantener una correcta hidratación; y, dar preferencia a los alimentos de su predilección. En caso de no tener hambre, es aconsejable tomar suplementos nutricionales.
En esta etapa de la enfermedad hay que considerar el descarte de cualquier producto ultraprocesado, buscar alimentos en estado puro y que satisfagan los requerimientos vinculados a comer orgánico y 100% natural. El cáncer de mama y su tratamiento pueden debilitar el sistema inmunitario, por tal razón, es importante mencionar que en esta etapa no se pueden elevar los glóbulos blancos al evitar o al comer ciertos alimentos. La sugerencia para conservar el sistema inmune y evitar una recaída, consiste en llevar a cabo una higiene óptima al cocinar, asegurarse que todas las carnes estén completamente cocidas, los productos lácteos sean pasteurizados, las frutas y verduras estén desinfectadas, y el agua sea purificada o embotellada.
La experta hace notar el consejo de ejercitarse durante esta fase, al haber sido demostrado que mejora el funcionamiento del tratamiento y disminuye efectos secundarios del mismo, también es beneficioso para reducir la ansiedad y depresión causadas por la enfermedad, de igual manera, ayuda a preservar la masa muscular, conservar el peso o bajarlo en caso de ser necesario, y es útil para tener un adecuado nivel de sueño. Es sugerible dar principio con ejercicio aeróbico, mejor conocido como cardio, con el firme objetivo de aumentar la frecuencia cardiaca para que pulmones y corazón sean más fuertes mientras transita el proceso, de esta manera, será posible que la mujer se sienta menos cansada durante y al concluir su tratamiento.
Se propone, tanto caminar de 40 a 50 minutos, 5 veces por semana a paso moderado, como incluir un entrenamiento de fuerza, el cual, puede emplear pesitas ligeras y ligas, así es posible evitar la pérdida de masa muscular durante el tratamiento y período de recuperación.
La especialista refiere que algunos tratamientos causan fatiga y debilidad muscular, en este contexto, el ejercicio ayuda favorablemente a limitar síntomas. Hay que empezar despacio, entrenar en ambiente seguro, hidratarse y alimentarse de forma correcta.
El cáncer de mama afecta a muchas mujeres en la actualidad, por ende, es de suma relevancia llevar una dieta balanceada, alta en fibra, hacer ejercicio, disminuir consumo de azúcares, grasas, tabaco y alcohol, precisa Tania Robles, quien para finalizar su intervención, remarcó la trascendencia que tiene efectuar la autoexploración mamaria con periodicidad mensual y acudir al médico. Juntos podemos generar conciencia acerca de que esta enfermedad se puede detectar y prevenir a tiempo.