Karina Münchmeyer Escobar, psicóloga clínica por la Universidad Autónoma de Querétaro, en el marco del Día Internacional de lucha contra el Cáncer de mama, cuyo objetivo radica en concientizar a la ciudadanía acerca de la importancia que tiene la detección precoz, con el firme objetivo de incrementar el nivel del pronóstico y la supervivencia de los casos, da contestación a preguntas de interés relacionadas con este tema.
1.-¿Cómo impacta recibir un diagnóstico de cáncer de mama en el aspecto psicológico a la mujer? ¿Cómo puede afectar este diagnóstico en las relaciones personales?
En el momento de recibir un diagnóstico, cualquier diagnóstico, nos enfrentamos a un proceso de duelo respecto a nuestra salud. Dirigiéndonos específicamente sobre el diagnóstico de cáncer de mama, nos enfrentamos principalmente a dos factores relevantes:
En primera instancia, el impacto de la palabra cáncer, ya que se asocia en su mayoría con el tema de la muerte y adicionalmente, representa un diagnóstico que nos remite a una crisis ante nuestra identificación como mujer. Los pechos representan de manera tanto histórica como social, la parte corporal de mayor simbolismo femenino, de salud y de cuidado, especialmente considerando que son la fuente de alimentación para nuestros hijos, sin embargo, en este momento se convierten en una amenaza para nuestro bienestar.
Vivir el proceso de cáncer de mama conlleva un enorme impacto sobre el cuerpo y el estado emocional-psicológico de la mujer, por lo cual resulta de gran relevancia que cuente con un sostén familiar y amistoso sobre el cuál pueda recaer. En el momento que nos comuniquen tener cáncer, el trato que recibimos en diversas ocasiones por parte de nuestros seres cercanos, se refleja en actos de sobreprotección o incluso lástima / sobre-empatía. Nuestra identidad se empieza a remitir al diagnóstico y a pesar de que las personas puedan actuar basado en buenas intenciones, en última instancia no permite mantener nuestra autosuficiencia, robándonos de la independencia, así como la capacidad de actuar y decidir.
En el ámbito de pareja, el diagnóstico ejerce un gran peso sobre la intimidad, ya que un cuerpo con cáncer representa ser un cuerpo “débil” que no puede ser tocado. Diversas mujeres perciben miedo ante el rechazo por parte de su pareja posterior al tratamiento, especialmente después de la mastectomía, ya que implica retirar los pechos, mutilar el cuerpo y simbólicamente “retirar nuestra feminidad”. Y no solamente implica la posibilidad del rechazo por parte de nuestra pareja, sino también la lucha interior constante con nosotras mismas para identificarnos con nuestro nuevo cuerpo y aceptar que es una marca que ha permeado al cuerpo.
2.-¿Por qué es relevante que una mujer diagnosticada con cáncer de mama busque ayuda psicológica? ¿Hay síntomas que indiquen la necesidad de acudir con algún especialista en psicología?
Al pasar un proceso de enfermedad, siempre es recomendable llevar un acompañamiento psicológico, considerando que impacta todos los ámbitos de nuestra vida. No es únicamente asimilar y aceptar que nuestro cuerpo se vea afectado por una enfermedad, que adicionalmente, de una u otra manera nos acompañará por el resto de la vida. El tratamiento, las quimio- y radioterapias son sumamente complejas, agregando que conllevan síntomas muy fuertes, enfrentando al paciente no solamente al desgaste corporal sino también psicológico. Las marcas que irá dejando sobre el propio cuerpo – las cicatrices de la mastectomía o el miedo ante cada cita médica de prevención y chequeo, se convierten en constantes recordatorios y persecuciones emocionales de pensamientos fatalistas. Atravesando este proceso, no resulta ajeno tener pensamientos de querer rendirse y no poder visualizar reales posibilidades de recuperación, también porque la preocupación ya no solamente se refleja sobre uno mismo, sino que se extiende sobre aquellos familiares y amistades que han asumido el rol de cuidadores.
Otra asociación que puede surgir respecto al cáncer de mama es una profunda sensación de injusticia – “por ser mujer, me da cáncer”. Irritabilidad, enojo, visualizarse víctima de la enfermedad y la sensación de injusticia, forman parte esencial durante este proceso y son indicadores de un fuerte conflicto interior respecto a la aceptación de la enfermedad.
3.-¿Cómo se puede evitar que las alteraciones emocionales impactan de forma negativa en la salud física de la mujer?
Lo fundamental consiste en llevar un proceso terapéutico orientado a la aceptación de la enfermedad y del propio cuerpo como portador, en lugar de asumir una postura de negación total. El estado emocional de las personas afecta mucho en el proceso de la enfermedad y contar con un diagnóstico de cáncer no implica inmediatamente ser un caso terminal. Los tratamientos si representan un impacto muy fuerte sobre el cuerpo de la mujer, por lo cual es importante trabajar profundamente las afectaciones emocionales que surgen durante este proceso. Es natural presentar miedos, querer rendirse y sentir ya no poder más. Es natural presentar miedos y dudas ante el tema de la muerte, permitiendo integrar una nueva perspectiva al respecto, que visualice tanto las enfermedades, como la muerte como parte natural de nuestra vida y también de nuestro cuerpo. Nadie queda exento a la posibilidad de desarrollar una enfermedad, por lo cuál únicamente nos abrumamos psicológicamente al tratar de encontrar una explicación. Lo importante consiste en exteriorizar nuestras preocupaciones, hablarlas abiertamente y permitirnos tener cierto miedo ante la incertidumbre, en lugar de acumular nuestro sentir y convertir el proceso de enfermedad en un tormento emocional aislado. Está bien estar mal, tener miedo y pedir ayuda si la requerimos, no siempre tenemos que ser fuertes, así que tenemos el permiso de llorar y compartir este llanto con nuestros seres queridos y cercanos. Si no permitimos la expresión de nuestras emociones, la acumulación de las mismas puede resultar en la manifestación de síntomas psicosomáticos, aumentando aún más los malestares y síntomas del tratamiento.
4.-¿Cuál es la manera adecuada de que una mujer con este padecimiento haga saber que tiene cáncer de mama a sus hijos, hijas o a cualquier otra persona que deba enterar al respecto?
No existe una fórmula perfecta ni necesariamente adecuada para comunicar un diagnóstico de alto impacto a tus seres queridos y familiares, sin embargo, siempre se recomienda que durante este proceso haya un acompañamiento emocional. En diversas ocasiones las personas no quieren compartir su diagnóstico, ya que no buscan ser causa de preocupación o recibir un trato de lástima y sobreprotección. Enfrentarse a un proceso de enfermedad modifica la perspectiva del mundo y toda la rutina cotidiana. Encima de ello, surge el miedo de ser identificada, o peor todavía, uno mismo identificarse únicamente como el propio diagnóstico de cáncer, remitiendo toda nuestra persona y existencia a la enfermedad. Igualmente resulta fundamental establecer límites con nuestros familiares y cuidadores, ya que recibir un diagnóstico no nos convierte automáticamente en incapaces de realizar actividades, ni tampoco debemos permitir que nos coloquen ante la victimización.
Hablar de enfermedades y diagnósticos siempre representa un tema delicado e incómodo, empero, debemos abordarlo de la manera más honesta y transparente. Hablar abiertamente las posibilidades del desarrollo de la enfermedad, los miedos que surgen al respecto y sobre todo normalizar e integrar el tema de la posibilidad de la muerte y los arreglos que implicaría.
5.-¿De qué manera la terapia psicológica puede aportar al proceso de enfermedad? ¿Existe algún enfoque específico que nos puede orientar mejor?
La terapia psicológica está orientada a instaurar un equilibrio emocional en el paciente, proporcionar las herramientas y técnicas para identificar y expresar adecuadamente su sentir. Visualizando el objetivo específico de un proceso de enfermedad, nos dirigimos hacia la tanatología que implica el acompañamiento hacia la muerte desde un punto de vista natural y digno, enfocándose especialmente al proceso de aceptación ante una enfermedad crónica.
Pasar un proceso de enfermedad nos proporciona la “posibilidad” de concientizar y arreglar diversos asuntos antes de la muerte, poder despedirnos de nuestros seres cercanos y visualizar qué carencias surgirán en su ausencia, caso que no es posible ante una muerte repentina.
6.-Consideraciones finales.
Nunca estamos emocionalmente preparados para recibir un diagnóstico de cáncer, considerando que las proyecciones futuras en las cuales nos visualizamos, siempre reflejan una fantasía ideal, en la cual las incomodidades y los tabúes de la sociedad, como la enfermedad, malestar y la muerte, no forman parte de nuestro concepto de vida.