Alimentación, nutrición y cáncer de mama, por la nutricionista Alina Itzel Becerril Torres.

Entrevistas

 

¿Hay algún tipo de medidas que se puedan tomar relacionadas a la alimentación para reducir el riesgo de padecer cáncer de mama o evitar que regrese si ya se tuvo esta enfermedad?

Nutricionista Alina Itzel Becerril Torres: Por supuesto que sí, un estilo de vida saludable en donde se realice ejercicio físico habitual, alimentación variada y equilibrada, evitando el consumo de alcohol y tabaco, reducen de forma importante el riesgo de desarrollar cáncer.

¿Cómo interviene el peso en el riesgo de enfermar de cáncer de mama?

El exceso de peso hace que tengamos mayor producción de tejido graso y por ende este mayor producción de hormonas tales como estrógeno e insulina que puede contribuir a desarrollar dicha enfermedad cuando se producen en exceso y por otro lado la inflamación crónica por otra parte es un factor de riesgo muy importante.

¿Cómo equilibrar el plato luego del diagnóstico positivo y durante el tratamiento?

La nutrición y los hábitos saludables seguir una alimentación adecuada antes, durante y después de los tratamientos te ayudará a tolerarlos mejor y sentirte más fuerte. Los aspectos emocionales, influyen en la alimentación del paciente repercutiendo en una malnutrición, por exceso o por defecto. Los tratamientos oncológicos pueden provocar efectos secundarios que causan problemas para comer y/o disminución de apetito.
La sensación de cansancio o fatiga continua, debida a los tratamientos o a la propia enfermedad, puede repercutir a la hora de mantener una alimentación adecuada. Cuando intenta comer sano, el equilibrio de los alimentos en su plato es importante.

Dos tercios (o más) de su plato deben ser de origen vegetal, como verduras, frutas, granos integrales y frijoles.

En cuanto a las verduras, trate de elegir las que no contengan almidón, como las siguientes:
Brócoli
Repollo
Coliflor
Verduras de hoja verde
Champiñones
Espárragos
Calabacita
Pimiento
Tomates

Otros alimentos de origen vegetal incluyen:

Granos enteros o integrales (como arroz integral, pasta de trigo integral, quinoa y cebada) Verduras con almidón (como papas, batatas, maíz, calabaza y arvejas) Frutas enteras (como bayas, manzanas, peras, kiwi y naranjas)
La proteína animal no debería ocupar más de un tercio de su plato. Algunas fuentes de proteína animal
son las siguientes:

Pescado (como sardinas y salmón enlatados, y pescado fresco) Productos lácteos sin grasa o descremados (como yogur natural)
Huevos
Carne de ave (como pollo y pavo)
Si come carnes rojas (como res, cerdo y cordero), trate de comerlas solo una o dos veces por semana.
También puede reemplazar la proteína animal con proteína vegetal (como frijoles, frutos secos y tofu).

¿Cómo controlar la cantidad de comida que se elije comer?

El tamaño de una porción es la cantidad de comida que elije comer. El tamaño de la porción es una convención de alimentos y, en ocasiones, puede representar la cantidad recomendada de un alimento.
Es importante pensar en el tamaño de las porciones cuando se calcula la cantidad para comer. Se pueden utilizar diferentes métodos para calcular la ración necesaria de un alimento pero de forma sencilla y consensuada podemos emplear el “método de la mano”. Este método consiste en utilizar nuestras manos para calcular el tamaño de las raciones. Además, los 5 dedos nos recordarán que conviene distribuir la ingesta diaria en 5 comidas, así como el número de raciones de frutas y verduras y hortalizas que hay que tomar cada día.
El “método de la mano” consiste en utilizar nuestras manos para calcular el tamaño de las raciones. Para que en casa puedas distribuir de forma adecuada cada una de las raciones recomendadas, se utiliza esta forma sencilla e ilustrativa llamada.

¿Se recomienda tomar alimentos mejorados o suplementos alimenticios durante el tratamiento del cáncer de mama?

Los suplementos de vitaminas y minerales pueden ofrecer beneficios importantes para la salud en aquellas personas que no obtienen suficientes micronutrientes provenientes de alimentos, o para aquellos con un trastorno que impida absorción de nutrientes.
Sin embargo es esencial una dieta variada y equilibrada para aportar todos los nutrientes necesarios; en caso de precisar algún suplemento, será tú oncólogo quien te lo indique.

 

¿Cuáles son las principales pautas alimenticias para mujeres que están recibiendo quimioterapias?

Es de suma importancia alimentarte e hidratarte bien durante el tratamiento. Aquí te van algunas recomendaciones:
Sigue el patrón de la dieta mediterránea, cuyos alimentos te proporcionarán beneficios saludables demostrados en investigaciones recientes.
Toma tus comidas preferidas los días que no tienes tratamiento, así evitarás relacionarlas con momentos menos agradables.
Organiza la ingesta diaria en 5-6 comidas, respetando los horarios de tu preferencia, recordando que no deben pasar más de 2-3 horas entre una y otra comida, siempre que sea posible.
Opta por porciones pequeñas de elevado contenido nutricional, enriqueciendo los platos con proteínas y/o grasas saludables, y que sean fáciles de digerir.
Utiliza técnicas sencillas de cocina, eligiendo preferiblemente horno o vapor, evitando fritos y parrilla.

Aumenta el consumo de pescados y aves, y reduce el de carnes rojas.
Consume diariamente 5 raciones entre fruta, verdura y hortalizas.
Bebe al menos 2 litros de líquido al día, preferiblemente agua.
Debes tener en cuenta tus preferencias a la hora de preparar y presentar la comida, adaptándola a tus necesidades en cada momento (triturada, de fácil masticación, enriquecida nutricionalmente con proteínas y/o grasas saludables, etc.).
Realiza las comidas en un ambiente tranquilo y agradable, respetando la sensación de plenitud o cansancio que puedas experimentar en algunos momentos, y recordando que en esas situaciones puedes optar por pequeñas porciones, en platos pequeños y con alta densidad nutricional (enriquecer comidas con proteínas y grasas saludables).
Realizar alguna actividad física moderada complementa todas estas recomendaciones.
Técnicas de relajación o meditación te pueden ayudar a controlar las emociones. Consulta con tu psicooncólogo de referencia para tener más información al respecto.
No tenga miedo de probar alimentos nuevos. Puede que durante su tratamiento, algunos alimentos que antes no le gustaban le sepan bien.
Escoja alimentos vegetales de distintos tipos. Procure comer leguminosas en lugar de carne durante algunas comidas de la semana.
Procure consumir cada día más frutas y verduras, incluyendo frutas cítricas y vegetales verde oscuro y amarillo intenso. Los alimentos vegetales coloridos (tanto frutas como verduras) contienen sustancias naturales que fomentan la salud.
Procure mantener un peso saludable, así como acostumbrarse a hacer alguna actividad física. Los pequeños cambios en el peso durante el tratamiento son normales.
Limite la cantidad de alimentos que sean muy salados, ahumados y en escabeche.

 

¿Cómo se puede mantener adecuadamente hidratada una mujer durante el tratamiento de quimioterapia?

Lleve un diario de alimentos y líquidos
Beba líquidos. A veces, los líquidos muy fríos resultan más fáciles de beber.
Recuerde que los alimentos contienen líquidos. Procure comer frutas, verduras, sopas y otros
alimentos hidratados.
Use crema humectante para suavizar la piel seca
Trate de eliminar la causa de la deshidratación, como los vómitos, la diarrea o la fiebre
Aplíquese lubricante en los labios para evitar los labios partidos
Surta una nevera o refrigerador pequeño con botellas de jugo, agua u otras bebidas, asegurando que
quede a su fácil alcance en caso de que le resulte cansado levantarse
Con trocitos de hielo para aliviar la resequedad de la boca en caso de no poder beber suficiente líquido.

¿Cómo modificar la alimentación en caso de que durante la recepción de quimioterapias se presenten efectos secundarios como nauseas, estreñimiento, etc.?

Consejos para estreñimiento:
Asegura el aporte de fibra diario a través de verduras y hortalizas, legumbres, productos integrales y
frutas. Muy recomendados el kiwi, la naranja y las ciruelas, por su alto contenido en fibra.
El aceite de oliva virgen extra es un buen aliado que debes incluir en tu dieta.
Toma al menos 2 litros de líquido al día en forma de agua, zumos naturales, caldos o infusiones.
Algunos medicamentos pueden provocar estreñimiento; consulta a tu médico para poder abordar el
problema desde el principio.
Evita
• Alimentos astringentes como arroz blanco, plátano, manzana, etc.

Consejos para nauseas:
Realiza de 6 a 8 comidas pequeñas al día y come lentamente masticando bien los alimentos.
No elijas alimentos que tengan un olor o sabor fuerte.
Cuando te levantes, y varias veces al día, consume alimentos secos como pan tostado ayuda a disminuir las náuseas.
Los alimentos deben consumirse a temperatura ambiente o fríos.
Toma líquidos fuera de las comidas; las bebidas gaseosas a pequeños sorbos pueden favorecer la digestión.
Realiza las comidas en ambiente tranquilo y libre de olores.
Después de las comidas descansa en posición incorporada.
Si estás vomitando recuerda la importancia de una correcta hidratación a base de líquidos a pequeños
sorbos y frecuentemente. Si los vómitos no se controlan deberás consultar a tu médico.
Evita
Olores fuertes y desagradables.
Comer y beber en las 2 horas previas a una sesión de tratamiento para disminuir la distensión en el estómago que pudiera provocar náuseas o vómitos cuando inicies o te encuentres en la sesión de tratamiento.
Alteración del gusto (sabor metálico) y el olfato

Consejos para alteración del gusto:
Los enjuagues con bicarbonato antes de las comidas pueden disminuir el sabor metálico ayudándote
a saborear más las comidas, así como los caramelos y chicles de limón o menta. Utilizar cubiertos de
plástico puede disminuir igualmente dicho sabor metálico.
Consume alimentos con sabores menos desagradables para ti, potenciando los sabores dulces en las
comidas.
Aprovecha las horas en que tengas más apetito, siendo flexible con los horarios de las comidas.
Evita
Carnes rojas por su sabor metálico (reemplázalas por aves, pescados, huevos o quesos) y alimentos con sabores muy fuertes.
Temperaturas extremas, ya que disminuyen el sabor de los alimentos.
Alimentos que desprendan olores fuertes, cebolla, coliflor, café, etc.
Cocinar o permanecer en el ambiente de preparación de las comidas.

Comentarios finales.
Elige objetivos que se ajusten a tu situación en cada momento. Debes adaptar tu alimentación a tu estado de ánimo, a los efectos secundarios de los tratamientos, a los síntomas derivados de la enfermedad, etc. Es importante que tengas en cuenta que tu dieta durante el tratamiento puede variar, ya que los requerimientos nutricionales en esa etapa son especiales y dependen del tipo de tratamiento y de las complicaciones que puedan aparecer.
Anticípate a las dificultades. Pregunta a tu oncólogo o enfermera habitual todas aquellas dudas e inquietudes que tengas, ellos te pueden ayudar a prevenir o afrontar con mayor seguridad todos los contratiempos del camino.
Comer bien para ganar en salud. Sabemos que los tratamientos son fundamentales para poder afrontar la enfermedad, pero nunca olvides que la nutrición es clave para ganar en salud gracias a las propiedades de los nutrientes.
No renuncies a tus comidas favoritas. Podrás adaptarlas a cada situación y sobre todo, cuando te sientas mejor, debes aprovechar para incluirlas en tu menú semanal.
Ganas de cocinar. Es posible que en muchas ocasiones te sientas poco motivada a la hora de cocinar.
Es normal, por lo que aprovecha aquellos momentos en que mejor te sientas para cocinar en familia, con amigos, acudir a talleres de cocina, etc.
Disfruta de las comidas en compañía. El acto de comer no debe convertirse en una “obligación”, por lo que disfrutar en compañía, un ambiente tranquilo y una agradable conversación pueden ser una buena opción para relacionar las comidas con un momento placentero, disminuyendo tu ansiedad y disconfort frente a ellas.
Implica a tu familia y amigos. Habla con ellos para que te ayuden y te apoyen a la hora de llevar unos hábitos de vida saludables. Además, seguro que ellos también se beneficiarán de todos tus conocimientos adquiridos tras consultar esta guía. Es importante que incluyas los cambios de forma progresiva y teniendo en cuenta tus gustos lograrás sentirte cada vez más cómoda y notarás los beneficios de una alimentación saludable.
Evalúa tus logros. Conseguirás ganar en salud y en calidad de vida que te servirán para aumentar tu motivación y seguir una alimentación y hábitos saludables.

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