La Mtra. Yael Weiss mencionó que cuando estaba en la preparatoria debió tomar una decisión muy apremiante e importante, qué carrera debería estudiar y qué haría en la vida, en ese momento se piensa que son instantes determinantes, que no se puede perder tiempo, porque después no se podrá dar marcha atrás, comentó que ingresó a la carrera de química, pensando que le llevaría a una vida académica para estudiar el cerebro humano químicamente, cómo se forman los pensamientos, qué elementos químicos se necesitan para sentir, poco a poco se percató que lo más interesante para ella sobre la ciencia y la química era cómo se la contaban, cuando le decían cómo era el universo; en fin, todo ello, le parecía fascinante, pero se dio cuenta que lo más relevante para ella, era la historia; y, cómo se cuentan todas las fantasías, empezó escribiendo poemas muy apegados a su juventud (obviamente no están publicados).
Finalmente decidió dejar esa carrera (química) y volver a iniciar, ahora con la literatura, recalcó que estaba cierta de que se encaminaba a algo difícil, pero disfrutaba en gran medida la literatura viva y actual que no se encuentra tanto en las aulas; y, menos en las francesas como son las de la Sor Juana, donde hay una literatura clásica.
Empezó a trabajar como profesora de francés, para después ser traductora y llegar a ser editora, hasta que por fin, logró publicar los cuentos que ha escrito, todo ello en 20 años de trabajo.
En este arte, la Mtra. Weiss encuentra mucha materia de reflexión, le encanta pensar en cómo serían las cosas si fuesen un poco diferentes, escribir le permite dar con esas otras opciones de lo que no sucedió y hubiese podido acontecer; incluso, aquello que todavía sea factible de suscitarse, goza de sobremanera el sentarse a fabular situaciones que le horrorizarían pero le interesa ver, justamente por el horror que le provocan, obtiene un gran placer en la escritura por el qué pasaría si algo fuese un poco distinto, y si ella fuera otra persona o estuviese en otra situación, cómo reaccionaría, cómo podría generar el momento, a veces se junta un carácter, un personaje o una persona en determinadas circunstancias, “se requieren dos para bailar un tango”, la circunstancia y la persona hacen que todo se ponga en marcha con un engranaje de acciones increíbles, muy sorprendentes, entonces, se va manteniendo en la imaginación el cómo se van encadenando estas historias un poco increíbles.
Le ha gustado meterse en la cabeza de unos personajes que habitan en un pueblo que es sólo de escritores, y quieren poner una bomba, le parece buena idea desaparecer un pueblo donde sólo habiten escritores, a pesar de que es escritora y disfruta en demasía leer a otros colegas; y, ese es su mundo, pero qué haríamos si todos fuéramos escritores, se necesita un mundo diverso donde habiten panaderos, periodistas, sociólogos, etc., disfrutó mucho imaginar que hay un pueblo así, donde sólo viven escritores y cómo pudiera ella hacerlo desaparecer.
Comentó que aún requiere más experiencia y trabajo, levantarse más temprano para escribir más cantidad de horas, ya que uno sólo llega a escribir bien por el perfeccionamiento del instrumento de la escritura.
Tiene exceso de ganas por sorprender con eventos, donde se cuenten anécdotas impresionantes, aunque en ocasiones quiere bajarle un poco a esa necesidad, e irse a hacer sosas mucho más cotidianas, que si se ven bien, pueden dejar sin palabras a quien esté presente. le gustaría quitar exageraciones en el deseo de la extravagancia e historias fantásticas para ir acercándose a lo más sencillo.
Finalmente decidió dejar esa carrera (química) y volver a iniciar, ahora con la literatura, recalcó que estaba cierta de que se encaminaba a algo difícil, pero disfrutaba en gran medida la literatura viva y actual que no se encuentra tanto en las aulas; y, menos en las francesas como son las de la Sor Juana, donde hay una literatura clásica.
Empezó a trabajar como profesora de francés, para después ser traductora y llegar a ser editora, hasta que por fin, logró publicar los cuentos que ha escrito, todo ello en 20 años de trabajo.
En este arte, la Mtra. Weiss encuentra mucha materia de reflexión, le encanta pensar en cómo serían las cosas si fuesen un poco diferentes, escribir le permite dar con esas otras opciones de lo que no sucedió y hubiese podido acontecer; incluso, aquello que todavía sea factible de suscitarse, goza de sobremanera el sentarse a fabular situaciones que le horrorizarían pero le interesa ver, justamente por el horror que le provocan, obtiene un gran placer en la escritura por el qué pasaría si algo fuese un poco distinto, y si ella fuera otra persona o estuviese en otra situación, cómo reaccionaría, cómo podría generar el momento, a veces se junta un carácter, un personaje o una persona en determinadas circunstancias, “se requieren dos para bailar un tango”, la circunstancia y la persona hacen que todo se ponga en marcha con un engranaje de acciones increíbles, muy sorprendentes, entonces, se va manteniendo en la imaginación el cómo se van encadenando estas historias un poco increíbles.
Le ha gustado meterse en la cabeza de unos personajes que habitan en un pueblo que es sólo de escritores, y quieren poner una bomba, le parece buena idea desaparecer un pueblo donde sólo habiten escritores, a pesar de que es escritora y disfruta en demasía leer a otros colegas; y, ese es su mundo, pero qué haríamos si todos fuéramos escritores, se necesita un mundo diverso donde habiten panaderos, periodistas, sociólogos, etc., disfrutó mucho imaginar que hay un pueblo así, donde sólo viven escritores y cómo pudiera ella hacerlo desaparecer.
Comentó que aún requiere más experiencia y trabajo, levantarse más temprano para escribir más cantidad de horas, ya que uno sólo llega a escribir bien por el perfeccionamiento del instrumento de la escritura.
Tiene exceso de ganas por sorprender con eventos, donde se cuenten anécdotas impresionantes, aunque en ocasiones quiere bajarle un poco a esa necesidad, e irse a hacer sosas mucho más cotidianas, que si se ven bien, pueden dejar sin palabras a quien esté presente. le gustaría quitar exageraciones en el deseo de la extravagancia e historias fantásticas para ir acercándose a lo más sencillo.