Tratamiento de radioterapia para el cáncer de mama, explica la Dra. Rosario Alejandra García Toriz

Entrevistas

Dra. Rosario Alejandra García Toriz, radio oncóloga, acentuó que el tratamiento de radioterapia para el cáncer de mama puede ser utilizado en diferentes escenarios de la enfermedad, por ende, el objetivo es distinto. Se indica con mayor frecuencia después del procedimiento quirúrgico (cirugía conservadora o mastectomía), y recibe el nombre de radioterapia adyuvante, en esta circunstancia, la principal finalidad consiste en disminuir el riesgo de recurrencia local de la enfermedad.

Con el propósito de disminuir la carga tumoral e incrementar la probabilidad de un procedimiento quirúrgico exitoso, previo a la cirugía también puede ser indicada la radioterapia, aunque es menos común. Ahora bien, un escenario totalmente distinto se presenta cuando es realizada en contexto paliativo, es decir, para control de dolor y sangrado en enfermedades avanzadas de pacientes que no son candidatas quirúrgicas o han desarrollado metástasis a distancia.

La radioterapia es el uso de rayos X o partículas subatómicas dirigidas principalmente para el tratamiento de cáncer, puede administrarse de manera externa o interna, precisó la experta, al establecer que la primera de ellas, conocida como teleterapia, es aplicada con mayor frecuencia a fin de tratar el cáncer de mama. La energía para este proceso se origina en equipos de alta tecnología y precisión, llamados aceleradores lineales, que generan fotones, los cuales, son emitidos a través de haces de radiación, llegan al sitio de interés, mediante diferentes técnicas.

 Fotografía: Cortesía

Un radio oncólogo valorará cada caso y decidirá si la paciente es candidata para ser abordada con radioterapia, de resultar apta, es determinada la dosis y el fraccionamiento a utilizar. Posteriormente, habrá de realizarse una tomografía de simulación, denominada así porque figura las condiciones para recibir el tratamiento y resulta útil al subespecialista en el diseño del plan concreto.

Quien reciba el tratamiento debe alistarse para ello en determinados aspectos, la paciente tiene que acudir con la piel del área limpia y seca, es decir, posterior al aseo de la zona delimitada, no debe aplicar productos sin indicación médica, ya sea desodorantes, cremas, perfumes o talcos, etc. De igual modo, es recomendable presentarse con ropa cómoda, toda vez que, necesitará permanecer tranquila en la posición señalada para la correcta aplicación del tratamiento, el cual, no requiere ayuno ni otra preparación adicional, cuando se trata del cáncer de mama.

La dosis y el fraccionamiento de la radioterapia son resueltos en la consulta de valoración, tomando como base, tanto el diagnóstico, como la etapa clínica y el estado funcional de la paciente. Al presente, la tendencia en radioterapia se dirige hacia la reducción del número de fracciones en cada tratamiento con el empleo de una dosis por fracción ligeramente más alta (hipofraccionamiento).

Entre 25 y 35 sesiones de radiación componían un tratamiento estándar de radioterapia, distribuidas en 5 o 6 semanas, al ser otorgado de lunes a viernes con periodicidad diaria. Actualmente, es brindado con una equivalencia biológica efectiva en únicamente tres semanas, pero hay pacientes, cuyo caso hace factible una disminución significativa hasta finalizar el proceso en 5 sesiones.

En la radioterapia adyuvante ha sido evidenciada la disminución mayor al 25%  en el riesgo absoluto, en cuanto a recurrencia local a 20 años de la enfermedad, además, previene 1 muerte por cada 4 recurrencias locales evitadas; generalmente, el riesgo de recaída se ubica alrededor del 30% al 40% en aquellas pacientes con cáncer de mama que admitieron un proceso quirúrgico y por alguna razón no recibieron la radioterapia, pese a tenerla indicada.

El padecimiento mencionado reiteradamente exige un abordaje multidisciplinario, involucrando al radioncólogo, oncólogo medico y cirujano oncólogo, quienes analizarán los casos individualmente para asignar el tratamiento óptimo; por ahora, no existe una secuencia especifica generalizada en las mujeres sufrientes del cáncer de mama, por ende, será requerido implementar diversas estrategias conforme a tipo de tumor, etapa clínica, expresión de marcadores moleculares y características propias. En etapas clínicas tempranas puede iniciarse con cirugía conservadora, después evaluar si ocupa radioterapia, quimioterapia o ambas. Conforme a otros parámetros puede establecerse la utilidad de terapias específicas o medicación hormonal. Por otra parte, cuando se trata de una fase clínica avanzada, puede ser viable dar principio con quimioterapia para reducir las dimensiones tumorales, posteriormente, enviar la paciente a cirugía; y, evaluar el beneficio de la radioterapia.

Fotografía: Cortesía

A menudo es tolerada adecuadamente la radiación de mama, sin embargo, pueden suscitarse ciertas molestias durante el proceso, habitualmente de manera local. En esta circunstancia, las pacientes llegan a presentar síntomas en la superficie de la mama, la axila y el área supraclavicular, caracterizados por inflamación de la piel, enrojecimiento y oscurecimiento de la misma, así como ardor, resequedad y comezón en la zona, dependiendo de la extensión, pudiera haber molestia al pasar los alimentos y de forma sistémica; fatiga.

El estado funcional de la paciente es trascendental para determinar la posibilidad de asistir sola a su tratamiento. Si es una mujer joven sin enfermedades crónicas mal controladas ni problemas de movilidad puede acudir sin compañía, pero al evidenciar características opuestas tendrá que recurrir al acompañamiento.

Los efectos secundarios de radioterapia se clasifican en agudos y crónicos, los primeros se exhiben durante la terapia o semanas después de haberla concluido, en tanto que, los segundos pueden exteriorizarse luego de meses o años. Las adversidades mas comunes a nivel de piel ya han sido referidas, pero destacan la inflamación de la mama, parrilla costal y mucosa del esófago cervical. Estos efectos contrarios son efímeros, transitan de leves a moderados y se tratan durante la radioterapia. El objetivo radica en que la paciente pueda seguir con su vida cotidiana, y no suspenda la continuación del tratamiento.

A largo plazo existen otros síntomas poco habituales; entre ellos, fibrosis de tejidos blandos, caracterizada por una consistencia indurada del sitio radiado, pudiendo aparecer venas visibles sobre el área en cuestión, otros efectos aún más infrecuentes, son los presentados en órganos cercanos al lugar de tratamiento que alcanzan a recibir cierta radiación (pulmón, corazón, tiroides o costillas). Las técnicas modernas de radioterapia permiten incrementar los cuidados, precisar que la dosis llegue a donde es necesaria y minimizar contratiempos.

La tolerancia varía según la paciente, si expone agotamiento u otra manifestación secundaria deberá valorarse la continuidad de sus actividades normales, aunque es recomendable el ejercicio moderado, existen limitaciones particulares, si persiste el riesgo de acumular líquido linfático en el brazo (linfedema), el peso excesivo con el brazo afectado tiene que evitarse, mientras que las pacientes con problemas a nivel de piel, bajo ninguna circunstancia podrán exponer el lugar tratado a sustancias como el cloro, frecuentemente utilizado en albercas.

Sobre la vida sexual y capacidad reproductiva, es importante recalcar que la radioterapia es local en el cáncer de mama, motivo por el cual, no ocurren afectaciones al respecto.

Es importante saber que el tipo de radiación utilizada llega al tejido de la persona, interactúa con él, las células del cáncer, y el medio que las rodea directa e indirectamente, pero ahí queda. Es un procedimiento ambulatorio y no precisa aislamiento, incluso, permite la convivencia de manera normal.

Se recomienda no exponer la piel directamente al sol ni a temperaturas altas, de igual forma, resulta indispensable la hidratación y el aseo del sitio, paralelamente, la alimentación constituye un factor de suma importancia, pese a no haber alimento que interaccione desfavorablemente con la radioterapia, una dieta sana y balanceada para mantener el peso corporal es idónea, porque debe concordar con el registrado en la tomografía de simulación, debido a que considerando esa imagen y peso se planteará el tratamiento.

Existen múltiples opciones terapéuticas para tratar el cáncer de mama, continuamente se tornan más exactas para cada subtipo, pese a ello, la detección precoz de la enfermedad sigue siendo una piedra angular en el pronóstico de las pacientes, remarcó la especialista, al hacer notar  el significado vital de la exploración mamaria después de los 25 años, además de realizarse la mastografía anualmente después de los 40 años. También apuntó que la actividad física y lactancia disminuyen el riesgo.

Alejandra Toriz remarcó que el cáncer de mama no puede generalizarse ya que existen múltiples clasificaciones; y, el tratamiento debe ser individual. Para finalizar su intervención, indicó que si la mujer tiene diagnosticado cáncer de mama, acuda a un oncólogo experto para valoración completa y etapificación.

 

 

 

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