La Mtra. Zara Monrroy, destacó que la palabra “Seri” es exterior; es decir, no pertenece a su comunidad; inclusive, resulta ofensiva, el nombre correcto es Comcáac (personas de arena), por el contrario, el término referido al inicio, no es más que un planteamiento o idea equivoca, al ser una palabra empelada por los españoles desde su arribo a la Isla del Tiburón; la cual, es la de mayor dimensión en México, y se encuentra separada por el Canal del Infiernillo, cabe mencionar que la población más cercana es Punta Chueca.
La comunidad Comcáac ha sido nómada, pero algunos de ellos se han asentado en Punta Chueca, y otros cerca de Hermosillo (capital del estado de Sonora), ahí se encuentran desde hace 30 o 35 años, y se han constituido, no únicamente como comunidad indígena, también conforman una sola nación. Desde aquellos años se empezaron a hacer festividades tradicionales, anteriormente era inaccesible ingresar a esta comunidad; ahora, se comparte la cultura, a través de la lengua, el canto, la danza, etc., “la gente de fuera”, como se les denomina a los visitantes, compran artesanías, y mariscos, camarones, langostas, lenguados, sierras, entre otros animales obtenidos cuando es temporada de pesca, actualmente se vincula la comunidad indígena hacia el gobierno del estado, por tal razón reciben apoyo de instancias gubernamentales; incluso, cuentan con respaldo durante la pandemia. Anteriormente era impensado dar cabida a foráneos, por temor al exterminio y persecución indígena, pero hoy sobreviven vigentes en el desierto, y están muy conectados con comunidades, ciudades y la llamada “gente de afuera”.
Los Comcáac atesoran una lengua materna, sin variantes, originaria de su territorio, en donde las madres transmiten Cmiique Iipo, «la palabra suya es la palabra de la persona y de toda comunidad indígena, no tiene variantes ni posee características similares a las lenguas indígenas yaquis y mayos, ni siquiera emplea palabras que no sean propias”, los lingüistas han realizado estudios profundos sobre ella y constatan lo afirmado anteriormente, además de poseer una lengua hermana de ninguna otra, la escritura de los Comcáac es distinta a su pronunciación; de igual manera, fonética y gramática no conectan; en cambio, Yaquis y Mayos tienen la misma raíz y variación, ellos pueden conversar y entenderse de una manera muy práctica.
Los Comcáac tienen 35 años integrando una Iglesia Apostólica y Cristiana Evangélica, porque los evangélicos cuentan con similitudes estrechamente relacionadas a las creencias que ya mantenían; toda vez que, reconocían algo superior que desconocemos pero que vemos a través del mar, los animales, las plantas; y, en general, dentro del día a día. Cabe precisar que, en algún momento de la historia, los jesuitas intentaron inmiscuirlos dentro del catolicismo, pero fue inaceptable, y prefirieron la religión cristiana por la creencia en alguien supremo, pero tanto Yaquis, como Mayos, y otras etnias, adoptaron la religión católica. Su pueblo sostiene mayor conectividad con poblaciones indígenas del sur, aunque tienen en común la Danza del Venado con Yaquis y Mayos, se separaron porque ellos se dedican a la pesca; en cambio, las otras comunidades se enfocan al cultivo de la tierra.
La Mtra. Monrroy se refiere a su música como innovación y tradición, que dan lugar a una fusión ecléctica, para hacer notar la voz ancestral de los abuelos, porque cada canción lleva una historia, y genera una muy buena forma de vincular a su pueblo con la “gente de afuera”, pese a ser carente de rimas, su lengua materna ofrece posibilidades sumamente importantes de transmitir, y con el uso del rap, el hip hop, la balada, entre otros estilos, se ha podido lograr el objetivo, aunado a lo anterior, la vestimenta y la pintura en el rostro remarcan de gran manera la referencia hecha hacia los Comcáac. Aunque, reconoció que es complejo darse a entender, ya que al cantar no únicamente se dice lo que versa la canción, también es fundamental que la gente abra su mente y corazón para ser bendecidos por el mensaje de los ancestros; en este punto, acentuó que se afana en buscar el bien común con su arte; del mismo modo, considera de vital relevancia hacer valer los derechos y la defensa de las damas ante una cultura machista predominante. Pese al contexto adverso, la Mtra. Monrroy busca expresarse haciendo uso de la poesía; asociado a lo citado previamente, fue tajante al afirmar que las palabras malsonantes e improperios no forman parte de su repertorio, al ser incompatibles con sus creencias. Se esmera puntualmente en que su trabajo de lugar al pleno conocimiento de la tonalidad y palabra ancestral en la música por parte de la gente.
En Sonora; Zara Monrroy, es la única mujer perteneciente a una comunidad que hace ese tipo de música; toda vez que, supuestamente el rap es para hombres, pero al realizar su arte en lengua materna, consigue hacer visible a su pueblo; y, también aporta significativamente a la cultura de nuestro país, al efectuar las traducciones correspondientes. Al día de hoy, gracias a los resultados de su actividad artística, también ha sido factible desarrollar talleres de lengua materna, gastronomía, etc., y se ha originado la llegada de distintos tipos de apoyos, algunos en especie, con lo cual se ha beneficiado a la artesanía orgánica: en la actualidad, organizadores de festivales que involucran a poetas e intérpretes de rap buscan por ella, y derivado de lo anterior, ha hecho presencia en distintos puntos de la geografía nacional, en todo escenario que pisa, se muestra siempre con reboso, y demás atuendos característicos de su comunidad; claro, no podía faltar la pintura facial, con el firme objetivo de explicar adecuadamente la palabra de los ancestros; la cual, conforma un patrimonio cultural enorme para enriquecer el conocimiento de todos.
Tanto la música como el arte en general son política y resistencia, porque los Comcáac se aferran a prevalecer y evitar que fenezca su lengua materna, «cuando uno hace artesanía es resistencia, y al hablar de machismo, defensa de territorios, etc., es política, pese a que la política no va con mi tema, hay que seguir persistiendo a través del arte, porque a uno lo sana, y una expresa toda su historia de esa manera; a mí, en lo personal me sana, porque sufrí violencia; incluso violaciones, y quería morir, pensé en el suicidio, pero conocí el arte y me interese por la vida propia, la de mi familia, y la naturaleza, fue una conexión tremenda con el universo; y, fue una sanación por la vía del arte. Sin importan que no tengamos lo mismo, el arte de todos y se puede compartir mediante historias, busca persistir en el camino y que aportar a las demás personas para saber qué hacer en la vida, es mi creencia personal».
Para concluir invitó al público en general a presenciar el 3er Festival «Contigo en la Distancia», a celebrarse el 27 del mes en curso, a partir de las 14:00 hrs., y que de esta manera perciban de forma idónea su tipo de arte y música, sin importar que su trabajo sea infravalorado porque no son estudiosos en la materia; ya que su pueblo es cantor; y, «será un honor compartir historias y música a través de la lengua ancestral Comcáac».