Lorena Suárez Álvarez de Cuidanda.qro, expuso el tema Movilidad del cuidado y la importancia de su inclusión en Encuestas de Origen – destino (EOD), al dar comienzo el foro Ciudades en Disputa, realizado el lunes 11 de marzo en la Plaza del Estudiante.
Sobre la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, enfatizó que presenta un retazo desde hace más dos años en su proceso de armonización, y sigue sin contar con herramientas que permitan caracterizar la movilidad del cuidado.
Además, según remarcó Suárez Álvarez, los viajes productivos son relacionados principalmente con estudio y trabajo, pero conforme la información dada a conocer durante su ponencia, el valor del trabajo no remunerado doméstico y de cuidados de los hogares comparado con algunas actividades económicas en el país, representaba en 2021 un valor correspondiente al 26.3% del Producto Interno Bruto (PIB), por encima del comercio, las industrias manufactureras, los servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles intangibles, la construcción, etc.
Del mismo modo, precisó que no es sabido cómo se mueve ni qué necesidades especificas tiene el 50% de la población. Además, los estudios tradicionales de movilidad que incluyen la dimensión material de los viajes, infraestructura, cercanía, frecuencia, localización, etc., no dan una respuesta satisfactoria acerca de la complejidad social. En este contexto, pondera necesarias, herramientas útiles para pronunciar sobre experiencias, necesidades y vivencias, asociadas con la edad, el nivel socioeconómico, origen étnico, discapacidad, género, etc.
Bajo esta tesitura, destacó como un eje fundamental, la movilidad del cuidado junto a la equidad y bienestar social, toda vez que, una sociedad más justa e incluyente comprende la integración transversal de la movilidad del cuidado, abarcando la planeación urbana, el transporte; y, la participación en toma de decisiones.
Aunado a lo anterior, reiteró cómo la incorporación de la movilidad del cuidado en las políticas públicas apoyaría en el robustecimiento del tejido social, impulso a la equidad de género y mejoría en el nivel de vida poblacional. Para finalizar su intervención, hizo notar que es momento de transformar nuestra forma de pensar: y, diseñar espacios realmente aptos para brindar seguridad en el entorno.
Enseguida, Tania Edith Arteaga Espíndola, de Aves de Ciudad, expuso «Nosotras en el transporte público: resultados de encuesta de percepción de seguridad en el transporte público».
En este respecto, informó que en un rango de 19 a 29 años se ubica el mayor uso del transporte por edades, representa el 54%, seguido por el bloque situado e entre los 30 y 40 años (22%). Conforme a los resultados obtenidos, solo el 3% de las mujeres mayores de 60 años hace uso del transporte público.
Posteriormente, exhibió el nivel de seguridad percibido por las mujeres en el transporte público, el 0% de las involucradas considera sentirse «nada segura», mientras que únicamente el 5% de las usuarias respondió que está «muy segura». Dentro de un rango de 0 a 5, la mayoría de las participantes, aprecian la dimensión de seguridad ubicada entre 2 y 3.
Bajo esta tesitura, el 32% de las féminas afirmó que siempre tiene miedo de ser agredida sexualmente en el transporte público, 30% señaló que alunas veces, en tanto que, el 23% dijo que casi siempre, el 11% casi nunca y únicamente el 4%, nunca manifiesta dicho temor.
34 mujeres refieren que el sobrecupo al interior del transporte público, motiva la sensación de alarma por una eventual presión sexual, 24 dijeron que las miradas lascivas constituyen un factor de riesgo, en tanto que 23 señalaron que las experiencias previas causan desconfianza. Otras participantes mencionaron circunstancias como el horario, experiencias ajenas, acoso, ser la única mujer dentro de la unidad, etc.
Con relación a lo previamente citado, el 53% de estas mujeres aseguró haber tenido alguna vivencia emparentada con un acto de violencia o acto sexual, tanto en el transporte como en espacios públicos a lo largo de su vida. Por otra parte, el 4% informó que en ningún momento tuvieron una desagradable experiencia de esta índole en los sitios antes referidos, mientras que el 20% únicamente han sido ofendidas en el transporte público, y 13% sólo en espacios públicos.
En el último año, 31% de las mujeres sondeadas no experimentó acoso o violencia sexual en el transporte público, mientras que el 27% en ambos. Únicamente en el transporte público el 22%; y, sólo en espacios públicos el 20%. El 57% de las agraviadas estaban solas, el 3% acompañadas; y, el 40% de las insultadas, se ubicaban tanto en como sin compañía.
Miradas morbosas, comentarios obscenos y tocamientos o manoseos corporales indeseados, son los actos violentos más sufridos en el transporte y los espacios públicos, conforme a información vertida por las mujeres inmiscuidas en la encuesta; quienes también mencionaron sucesos como haber sido tocadas o rozadas con el pene, que un hombre se haya tocado, exhibido obscenamente, visto pornografía o eyaculado en su presencia, además de ser fotografiadas sin su consentimiento. El 23% dijo haber sufrido alguno de estos hechos durante la tarde.
Para concluir, puntualizó que 223 mujeres afirmaron haber sido agredidas por hombres desconocidos, 53 por operadores de algún transporte público, 22 por hombres conocidos y 20 por policías.
María Fernanda Peña Pérez, presentó su tesis para obtención del grado de maestría en Urbanismo por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), «Nos quieren con miedo, nos tendrán con lucha: una crítica a la violencia urbana» , sobre los resultados y reflexiones de violencia comunitaria hacia las mujeres en los espacios públicos de Querétaro: una lectura desde la teoría feminista.
Conforme a la teoría feminista «lo personal es público», se busa modificar las formas convencionales de investigar, también se desmiente la objetividad, neutralidad y universalidad, además, refiere vincular ciencia, política y aportación social, así como analizar las condiciones de opresión de las mujeres, y considera experiencias vitales significadas de poder.
En relación a la violencia machista hacia las mujeres, Peña Pérez, explora la conceptualización del cuerpo femenino como un territorio de control y violencia, donde las relaciones de poder condicionan la ocupación del espacio urbano por parte de las mujeres. El cuerpo de las mujeres es una categoría política fundamental para analizar las relaciones de poder en el espacio urbano.
Además, define la violencia contra las mujeres empleando el triángulo de la violencia de Galtung y el triángulo de la violencia machista, para entender los pactos patriarcales que sostienen esta violencia. Subraya que la violencia contra las mujeres es un mecanismo de dominación masculina y una manifestación de la estructura patriarcal.
También identifica y categoriza las características de los espacios públicos con mayor incidencia de violencia comunitaria hacia las mujeres. Emplea una metodología mixta (cualitativa y cuantitativa), desde un enfoque feminista, tomando las experiencias de las mujeres como fuente de conocimiento empírico y teórico. Pero, según dijo, ante la falta de datos oficiales georrefenciados sobre violencia contra las mujeres en Querétaro, la aplicación de «Caminamos Juntas» resultó ser una pieza fundamental.
Para mayor información en este respecto, se puede ingresar en el siguiente vínculo https://132.248.9.195/ptd2025/ene_mar/0865515/Index.html
Para dar finalización a este ciclo de conferencias; Daniela Urbiola Palomares de Justiciadigna.qro, presentó Acerquemos a la justicia de enero desde lo construido en Querétaro: una deuda histórica, avances de «Ambientes para la justicia de enero en México. Un abordaje de su diseño especial desde la (auto)etnografía feminista», tesis para el grado de Maestría en Arquitectura por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), obtenido en mayo de 2024.
Para mayor información sobre el trabajo de Urbiola Palomares, se sugiere acceder a este link.