Redacción ACI Prensa
Han pasado 115 años desde que una litografía de la Virgen de la Dolorosa inexplicablemente abriera y cerrara los ojos ante un grupo de atónitos escolares.
En su visita a Ecuador en julio de 2015, el Papa Francisco rezó ante la imagen y celebró Misa a su lado.
Los 36 estudiantes del colegio San Gabriel de Quito, que cenaban en el comedor, contemplaron la noche del 20 de abril de 1906 a la Virgen de la Dolorosa que, dentro del cuadro colgado en una de las paredes, abría y cerraba los ojos.
Habían pasado poco más de 40 años del regreso de la Compañía de Jesús a Ecuador y de la reinstalación del centro educativo a su cargo.
Uno de los alumnos le avisó al sacerdote Andrés Roesh, prefecto de la escuela, y le indicó que se trataba de “un prodigio”.
El inexplicable evento duró alrededor de 15 minutos, y hay quienes sostienen que la imagen también derramó lágrimas.
Después de una exhaustiva investigación, la autoridad eclesiástica local decretó el 31 de mayo de ese año que “el hecho, verificado en el colegio de los jesuitas, está comprobado como materialmente cierto”.
“Por las circunstancias en que acaeció”, reza el decreto eclesial, lo ocurrido en el colegio San Gabriel con la imagen de la Virgen “no puede explicarse por causas naturales” ni “puede atribuirse a influjo diabólico”.
“En consecuencia, puede creérselo con fe puramente humana y, por lo mismo, puede prestarse a la imagen que lo ha ocasionado, el culto permitido por la Iglesia y acudir a ella con especial confianza”.
Con el paso de los años el colegio San Gabriel cambió de ubicación alejándose del centro histórico, pero llevaron la imagen a su nueva sede. El que fuera el comedor donde ocurrió el prodigio es hoy una capilla.
El Papa rezó ante la Virgen Dolorosa en Ecuador
Durante su visita apostólica a Ecuador a mediados de 2015, el Papa Francisco dejó un ramo de flores y rezó ante la imagen de la Virgen al interior de la Iglesia de la Compañía de Jesús.
El 7 de julio de ese año, en la Misa que presidió el Santo Padre en el Parque Bicentenario en Quito, la imagen fue llevada en procesión y acompañó la celebración.