Ya salió la calavera,
se dirige hacia el infierno,
Domínguez Servíen la espera,
en Palacio de Gobierno.
Portando su cubrebocas,
finalmente, la calaca,
entró por ventanas rotas,
pronta, destapó la cloaca.
Midió Susana Distancia
cuando hablaba con Francisco,
en charla insulsa sin gracia
dijo usando un falisco:
«Políticos de hoy en día
¿Qué les habrá sucerdido?,
por puerquito y parecía…
Que quieren puro vendido».
Pancho se muestra galán,
intuye la muy coqueta,
¿Sus ánimos arderán?
¿Pelearán en la boleta?.
El mandatario sin pereza
alardeaba sus proesas,
la calaca muy intensa
le hizo notar las grandezas:
«No has honrado al amo y Dios
de los récords y prontitud,
se honorable no hagas de tos,
¡Gloria al Señor y gratitud!.
¿Recibir tanto y tan fácil?
nada es gratis, tú lo sabes,
si lo ves feo y grácil,
al mejor, no menoscabes».
Mensajera de la muerte
franca y recia frente a Pancho:
«retribuye o no habrá suerte,
tus fuertes ramas desgancho.
Aquí tienes un recado,
debes ponerte al corriente,
sin violencia ni retardo,
si quieres, ser… Presidente».