Nadie hablaba de Anna Kiesenhofer antes de la carrera de ruta femenina de Tokio 2020, pero ciertamente lo están haciendo ahora.
La ciclista austriaca era considerada una novata en comparación con sus competidoras, en particular la campeona defensora Anna van der Breggen, la ex medallista de bronce olímpica Elisa Longo Borghini, la británica Lizzie Deignan, la alemana Lisa Brennauer y la ex campeona mundial Annemiek van Vleuten.
Pero Kiesenhofer, quien se convirtió en profesional en 2017, no estaba nerviosa por la lista de clase mundial. En cambio, atravesó el recorrido de 147 kilómetros, luchando contra el calor abrasador y la humedad extenuante para asegurar la primera medalla de oro olímpica en ciclismo para Austria desde 1896.
«Siempre hay esta pequeña esperanza, este pequeño pensamiento, sí, podría ganar», dice. «Si estoy en la línea de salida, significa que estoy preparada, quiero ganar».
Ella formó parte de un grupo disidente desde el primer momento, pero fue solo en el tramo final que Kiesenhofer emergió como caballo negro, yendo sola durante los últimos 40 kilómetros cuando comenzó a «montar por el oro».
Con información de CNN.
