Es la primera medalla de oro olímpica para una deportista de Nueva Zelanda en los Juegos Olímpicos de Invierno. Plata para Julia Marino (Estados Unidos) y bronce para Tess Coady (Australia).
Por Andrés Aragón
Zoi Sadowski-Synnott llegaba a Beijing 2022 con el oro en el punto de mira. Había destronado a la reina del slopestyle, Jamie Anderson, en los últimos dos Mundiales. Solo dos semanas antes había ganado el oro en los X-Games de Aspen (también el de Big Air). Y sobre la nieve del Snowpark de Genting logró el único título que falta en su palmarés: el oro olímpico.
Es el primer oro para una deportista de Nueva Zelanda en los Juegos Olímpicos de Invierno y, con solo 21 años, la segunda medalla olímpica en su historial después del bronce que ganó en la modalidad de Big Air en PyeongChang 2018.
Y un oro que llegó en el último suspiro. A falta de un solo intento, el suyo, la estadounidense Julia Marino lideraba la clasificación con 87.68 puntos. Con la medalla de plata asegurada en el bolsillo, Sadowski-Synnott apuntó a lo más alto y con una puntuación de 92.88 conquistó el oro.
Marino, que había sido 11º en PyeongChang 2018 y 19º en los dos últimos Mundiales, se quedó con la plata, y la australiana Tess Coady.
