Eduardo Verastegui, había hecho saber que vive días complicados; incluso, había solicitado a sus seguidores que se unieran en oración para pedir por la salud de su padre; José de Jesús Verástegui Treviño, quien había sido hospitalizado, aunque no había dado a conocer el motivo. Pese a que el actor conservaba la fe intacta en la recuperación de su padre. Finalmente, Verástegui hizo saber que José de Jesús Verástegui había muerto, tenía 72 años.
Al respecto, el interprete escribió lo siguiente en su cuenta de Instagram, donde compartió algunas fotografías: «Papá querido, mi guerrero, mi maestro, mi compañero y amigo, ya estás en brazos del Padre. Tu partida me llena de dolor, pero siento mucha paz, porque tengo la certeza de que mamá María te está abriendo las puertas del Cielo. Solo puedo agradecer al Señor que me haya bendecido de tal modo al tenerte como padre. José Jesús Verástegui Treviño, MI PAPÁ, acaba de partir a sus 72 años. Trabajador incansable y fuerte, siempre honesto, nunca te rendiste ante nada. Me quedo con tus manos apretadas al rosario todos estos días; con tu amor interminable de padre, de esposo, de abuelo, de amigo. Con tu fortaleza de luchador, con tus convicciones inquebrantables y tu enorme amor por tu tierra mexicana.
Gracias, papá, por marcarnos el camino a seguir, a mi mamá, a tus hermanos, a tus hijos, a tus nietos y a tus sobrinos. Te amo. Hoy rezamos juntos tu último rosario, y esa es una gracia más que me regaló el Señor: me acompañaste como tantas veces en el #Rosarioporelmundo, porque eras parte fiel del #RinconGuadalupano y lo seguirás siendo ahora desde el Cielo. Te fuiste en la forma en que le he pedido siempre al Señor que quisiera irme también: rezando el rosario. Me acompañaste hasta terminar el 5to misterio, y descansaste. Gracias, Dios querido, por ese don. Hasta cada rosario, papá.
Y sé que, si ahora pudieras responderme, dirías algo parecido a esta oración de San Agustín:
“No llores si me amas. Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo…
Si pudieras oír el cántico de los ángeles
y verme en medio de ellos.
los horizontes,
Si por un instante pudieras contemplar como yo
la belleza ante la cual todas las bellezas palidecen.
Créeme. Cuando la muerte venga a romper las ligaduras
como ha roto las que a mí me encadenaban,
cuando llegue el día que Dios conoce
y tu alma venga a este cielo en que te ha precedido la mía, volverás a verme,
sentirás que te sigo amando,
que te amé, y encontrarás mi corazón
con todas sus ternuras purificadas.
¡Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis, feliz!,
ya no esperando la muerte, sino avanzando contigo,
que te llevaré de la mano por
senderos nuevos de Luz y de Vida.
Enjuga tu llanto y no llores si me amas”.