José Tomás Jaime Zúñiga Burgos, cronista del estado Querétaro, en «Lunes de Cronistas: Relatos de Querétaro y su Patrimonio Cultural», habló sobre el «144 aniversario del nacimiento del ilustre cadreytense Constantino Llaca Nieto, gobernador de Querétaro de 1925 a 1927».
En este respecto, el Dr. Zúñiga Burgos, se refirió al exgobernador; Constantino Llaca Nieto, como un individuo que llamaba la atención por su presencia, quien durante la época revolucionaria integró un grupo armado, posteriormente, Don Venustiano Carranza lo nombraría juez, y como utilizaba guantes blancos, parecería ser que Constantino Llaca estaría vinculado a la masonería; toda vez que, en época de Calles, la masonería estaba muy presente, además, existe el signo característico de que el masón imparte justicia con esos guantes porque debe hacerse de forma imparcial.
En la calle Independencia #102 del lejano Barrio de La Cruz; Zúñiga Burgos, tuvo la oportunidad de convivir con la familia Llaca. Aunado a lo anterior, recordó cuando sus tíos Nicolás y Victoria Zúñiga Hernández pasaban por él en su lujoso carro, e hizo resaltar el momento en que bajaban por Independencia, dando vuelta por Pasteur les esperaba con ansia. Aunque cuando llegaban a la carretera Panamericana, lo ponían a correr hasta “El Jacal”, puesto que se trataba de una familia deportista.
En el lugar, había música los domingos, pero nadar resultaba imposible debido al importante cúmulo de gente reunida, también se llenaba el restaurante, acentuó Zúñiga Burgos, quien continuó su intervención haciendo notar que, al retornar hambrientos, había comida esperándoles al fondo del patio de la casa ubicada en Independencia, Doña Victoria preparaba pichones, verdaderamente hacía una rica comida que calmaba todo el cansancio generado por la carrera y otras actividades.
El Dr. Zúñiga trajo a la memoria que no sabía nadar; y, con el viejo truco de súbete al trampolín para tomarte una foto, y Edmundo González Llaca lo empujó. De esta manera fue como Jaime Zúñiga aprendió a nadar.
Constantino Llaca Nieto era visto como un abogado astuto, catedrático en el Colegio Civil, quien al igual que Maximiliano de Habsburgo y Carlota, su esposa tomaba decisiones en su ausencia, siempre de forma maternal.
Para concluir su intervención, Jamie Zúñiga, trajo al presente que, a Don Constantino lo vio por ultima vez en una desaparecida ferretería, le acompañaba Enrique Llaca mientras veían las pistolas. Y, siendo hombre de armas, observó las pistolas Trejo y dijo: “Yo esas chingaderas ni como pisapapeles”, ese era un militar, un patriarca.