Personal de la Secretaría de Cultura del estado (SECULT) asistió al taller “La cultura como agente de inclusión para personas con autismo”, impartido por la asociación civil OTEA Autismo, cuyo objetivo es sensibilizar y generar espacios incluyentes para las personas que se encuentran en ese espectro.
Durante la sesión, con motivo del Día Mundial de Conciencia sobre el Autismo, la directora de Operaciones del organismo, Nancy Anaya, expuso que el autismo es una condición de vida de la cual se conoce muy poco entre la sociedad y las autoridades, por lo que no existe consciencia sobre la vulnerabilidad de las personas autistas y, por tanto, no se comprenden sus requerimientos especiales.
Por ello, indicó, es necesario propiciar las condiciones para que cada vez haya más personas con sensibilidad y con conocimientos adecuados que permitan la inclusión de la población con autismo, pues quienes se encuentran en esa condición pueden ser completamente independientes o requerir apoyos notables todo el tiempo.
Comentó que las personas autistas suelen tener problemas en la comprensión y uso del lenguaje, dificultades en la percepción y la comprensión de los pensamientos de los demás, así como de sus intenciones y emociones, y dificultades en la función ejecutiva.
La directora de Operaciones de Otea Autismo agregó que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, la discriminación en contra de los niños, niñas y personas adultas con autismo es más la regla que la excepción, en tanto que la Organización Mundial de la Salud considera que se trata de una población que sufre discriminación, estigmatizaciones y violaciones a sus derechos humanos, y que el apoyo es insuficiente a nivel global.
“Las personas tienden a solidarizarse ante una discapacidad o condición físicamente obvia, no así cuando se trata de autismo, en donde la apariencia física es normal, pero a veces muchos hay diversos problemas de comunicación y de manejo social”, sostuvo.
Anaya, quien es madre de un adolescente con autismo, explicó que a estas personas se les debe hablar de manera clara, evitando sarcasmos, ambigüedades, ironía o dobles sentidos, hacer explícitos algunos conceptos, especialmente los relativos a las relaciones sociales, y darles tiempo para que puedan procesar la información.
Detalló que la calidad de vida de una persona con autismo depende más del nivel de comprensión que la sociedad pueda tener sobre su condición, que de los esfuerzos que haga para ser como el resto de las personas. Se estima que en México hay una persona dentro del espectro autista por cada 115, lo que significa que el total podría ser de un millón 95 mil personas con esa condición.