Hay momentos en que las mujeres deben ser solidarias para conquistar igualdad de derechos: Mtra. Vanessa Springora

Empresarial

La Mtra. Vanessa Springora, en su galardonada obra literaria «El consentimiento», considerada una producción intelectual que abona a la causa feminista; y, en particular al movimiento #MeToo, saca a la luz verdades muy incomodas, motivaciones hay varias para hacerlo, un deseo de escribir desde hace más de 30 años, que no pudo concretar más joven, por ubicarse en medio de la literatura pequeña, que preveía la podría deteriorar en su vida privada, quizá lo pudo redactar antes pero con más violencia; por ello, siente satisfacción de haber encontrado el momento adecuado para efectuar su proceso creativo adecuadamente, ella tenía 14 años cuando mantuvo su relación con el pedófilo; Gabriel Matzneff, pero no era consciente en aquel entonces; y, ahora halla la oportunidad de contar a su hijo esa historia, con el firme objetivo de cuidarlo y protegerlo, hacer saber a jóvenes lo acontecido para que tengan fuerza suficiente al defenderse de ese tipo de personajes.

Ella logró crear empatía con con el lector, el personaje de aproximadamente 50 años que se va a Filipinas para prostituir niños de 12 años, se enorgullece de sus actos; toda vez que, es un depredador sexual narcisista y pedófilo militante, tales condiciones jugaron en contra suya y a favor de él; por tal razón, para la novelista sigue siendo una anomalía intelectual como todo un medio editorial estuvo fascinado durante años por ese personaje, y plantea esta pregunta con el fin de establecer algunas respuestas. Recordó la literata que empezó a escribir en el 68 con la gran liberación sexual, feminista y homosexual, cuando se confundía homosexualidad con pederastia, en los setentas había una gran desorden intelectual por la explosión de tabúes en la época. En este sentido, Springora, quien proviene de un seno familiar muy católico con educación restrictiva, hizo notar que se pusieron en duda todos los tabúes, y cuando hay revoluciones puede haber excesos; los cuales, en ese tiempo llevaron a la gente a una gran equivocación., Matzneff no conocido en el mundo hispanoparlante, alrededor de 20 años tuvo mucho éxito en Francia, aprovechó la ambigüedad y quiso hacer ver la pedofilia como homosexualidad, siendo que ésta última es una preferencia sexual y la otra es una patología, practicada generalmente por personas que fueron abusadas sexualmente. Si todo aquello no lo hubiese cometido una autor culto y brillante, seductor en algunos aspectos, seguramente terminaría encarcelado, pero en Francia hay una cultura muy particular; y, el escritor puede estar encima de las leyes, incluso, llega a ser permisible trasgredir las reglas, más que cualquier ciudadano normal, tal situación le aseguró la impunidad por más de 40 años, pero hoy se acabó, hoy por hoy, ni siquiera siendo escritor, es posible evadir la justicia como en algún momento el pedófilo en cuestión, lo consiguió, realmente esta nueva condición, tranquiliza a la novelista.

En este contexto, Springora, refirió otros escritores, ejemplificó a Charles Lutwidge Dodgson, mejor conocido como Lewis Carroll, en el caso de éste, vislumbra una gran ambigüedad, puesto que, tuvo una gran pasión por la niña que le inspiró para crear «Alicia en el país de las maravillas», pero no se sabe si mantuvo relaciones de tipo sexual con ella, esa obra maestra se quedó en el patrimonio cultural de la literatura, y si lo hizo, no se pudo hacer nada por las victimas. En el caso de Gabriel, remarcó que este tipo si publicó un ensayo sobre lo que hizo con menores de 16 años, intentaba convencer al lector de que los niños tienen una sexualidad; y, sin ningún problema, pueden tener un iniciador, que debería ser un adulto facilitador de felicidad; bajo esta tesitura, Springora puntualizó que la pedofilia está basada en la tradición griega, donde era recomendada, casi un privilegio resultaba ser iniciado por un profesor adulto, dicha conducta, al ser homosexual masculina no se dirigía a niñas. Desafortunadamente para los hombres, el 95% de agresores sexuales son del mismo sexo, en la antigüedad ya era así, pero era más permisiva, hoy ya se habla de crimen dentro de una cultura diferente, la esperanza de vida era menor, el rango oscilaba entre 40 y 45 años, hacían que los niños se casaran a los 10 años, y cuando las niñas tenían su menstruación ya podían ser madres, tales comportamientos bajo ninguna circunstancia podrán ser justificados, no debe ser como la prehistoria, hoy los derechos se protegen y no hay motivos para que la literatura haga apologías a esto.

En el espíritu de sororidad toma demasiada relevancia en contextos como el presentado por Springora, si alguien vivió experiencias similares a la de ella, cualquiera que sea el sentimiento de haber sido cómplices de algo así, deben liberarse de ello, cuando uno no tiene la mayoría sexual no puede considerar que dio su consentimiento, no puede considerarse encubridor, tienen que liberarse sí o sí, de esa historia, ya sea de forma artística, o con el apoyo familiar; inclusive, de algún especialista., si estas historias se guardan, la persona quizá termine siendo carcomida.

«El consentimiento» de Vanessa Springora, según palabras de la propia autora, tenía el firme objetivo de desencadenar una reflexión, y no vengarse del pedófilo, porque este sujeto ya tiene cierta edad, está enfermo y no puede causar daño, en verdad, la creadora no se afanaba en llevarlo a prisión, sólo pretendía hacer notar como el mundo literario francés permitió que se apoderara de la vida de otras personas y plasmar lo acontecido en sus libros, pero «El consentimiento» se publicó en medios, el éxito fue muy grande, hubo consecuencias, Gabriel huyó a Italia, muchos periodistas investigaron, descubrieron que recibió una beca de gran trascendencia, que pocos escritores tenían y le permitía vivir holgadamente, por tal motivo, hubo quienes mostraron desacuerdo y Gabriel perdió esa ayuda pública, no había razón de que el erario alimentara a un pedófilo; seguidamente, muchos privilegios le fueron retirados, su editor principal y demás editores decidieron sacar sus libros de circulación, no estuvo ella de acuerdo porque defiende la libertad de expresión y se opone a la censura; en este sentido, la Mtra. Vanessa piensa que el correcto proceder de estas personas, fue haber puesto una muestra tajante de cómo la sociedad y el medio fueron cómplices, no hacer como que nada sucedió, resultaba imperante contextualizar esos materiales. Derivado de lo anterior, la especialista en letras, señaló que la reacción del tipo fue terrible porque utilizó su carta de ruptura que hizo cuando tenía 15 años, pero la opinión pública estaba de su lado, y no debió probar ni convencer a alguien, porque el pedófilo llevó a cabo los relatos en sus libros, muchas víctimas de estos depredadores no tuvieron la fortuna de que sus agresores lo escribieran. Al presente, la artista no sabe que será de el, le tiene sin cuidado, pero le importa que su visión sea entendida, sobre algo completamente diferente a lo que el capturado hace notar en la suya. Springora remarca la trascendencia de haberlo atraparlo a él en su propia trampa que es la literatura.

Para concluir su intervención, la realizadora francesa dio a conocer que continuará escribiendo, cuenta con algunas ideas, pero al momento, persiste inmersa en el proceso del libro anterior, ve factible la llegada de su obra al extranjero a la brevedad de lo posible, ya hay una edición de bolsillo menos costosa.

Tags: , , , , ,

You May Also Like

Pumas y Atlas igualaron a cero
La poesía y el arte constituyen una hermosa imagen de vida individual: Mtra. Edwidge Danticat

Author

Must Read

No se han encontrado resultados.