Valeria Luiselli, escritora mexicana, previo a la presentación del espectáculo visual y sonoro Ecos de las tierras fronterizas, dentro de la cartelera del Hay Festival Querétaro, hizo notar que Nueva York es prácticamente su casa al igual que la CDMX, y ha permanecido ahí debido a que tiene un gran trabajo, que le permite sostener a sus dos hijas y a su madre.
Además, por primera vez tiene planeado publicar su libro que escribe en Estados Unidos, esta obra consiste en un seguimiento del ensayo Los niños perdidos.
Sobre las grabaciones en maquilas, Valeria hizo notar el complicado proceso a causa de la desconfianza que tenía la gente. Aunado a lo anterior, se refirió a Texas como el doctorado del proyecto, ya que en la frontera el muro se interrumpe, y, uno se ubica en tierras privadas, situación demasiado riesgosa porque los habitantes empiezan a disparar, afortunadamente no sufrieron daños y los detuvo la migra, hecho que consideró seguro.
Posteriormente, brindaron un taller al interior de un rancho texano llamado San Ignacio, y pudieron conseguir la donación de grabadoras por parte de una Universidad, así fue posible documentar a niñas y niños entrevistando al Río Bravo, algunos cuestionamientos se relacionaban con la intención de saber dónde nace, a dónde va, por qué está tan cochino, etc., y cuando un border patrol salió a caballo, una chavita se asustó, seguidamente se reincorporó y comenzó a entrevistar a la migra, antes de que ellos dieran principio a sus cuestionamientos. Cabe señalar que la menor, primero entrevistó al oficial y después al caballo llamado Comanche.
La literata hizo resaltar lo difícil de que nos importen las cosas que parecen demasiado jodidas, verdaderamente resulta complicado interesarse en algo roto, por el contrario, es fácil querer cuidar algo donde hallamos belleza, complejidad, etc., por tal motivo, si las historias contadas son capaces de balancear el horror con la belleza, y, es posible encontrar cierta ternura en medio de la mierda, entonces pueden tocarnos mucho más como lectores, incluso pueden llegar a movilizarnos.