Bernelo, un espacio familiar con calidad industrial 

Educación
  • Concepto creado por Karen Mendoza, estudiante de Ingeniería Industrial de la Universidad Mondragón México. 
  • Restaurante que con solo 18 meses de apertura, ya recuperó su inversión inicial y, a pesar de la pandemia de Covid-19, tiene planes de crecimiento en Querétaro. 

 

Querétaro a marzo 10 de 2021. – El servicio y la actividad comercial son parte de la vida de la familia Mendoza Bernal desde hace más de 80 años, y ahora, bajo un nuevo liderazgo, se ha profesionalizado y transformado en una tradición con estándares y calidad industrial. 

Así surgió, Bernelo un restaurante ubicado en la capital queretana que, gracias a la formación profesional de su dueña, Ana Karen Mendoza, ha logrado superar los retos de la pandemia y está en proceso de expansión. 

Karen Mendoza de 22 años, estudia Ingeniería Industrial en la Universidad Mondragón México (UMx) y desde hace año y medio, decidió seguir la tradición emprendedora de su familia, al abrir un restaurante que en menos de seis meses logró recuperar su inversión y está superando los retos de la contingencia sanitaria generada por la Covid-19. 

Su gusto por el comercio y por servir, lo heredó de su bisabuela, quien en la década de los 40, con mucho esfuerzo, abrió un local de verduras en un mercado de la Ciudad de México.  

“Vocación que siguieron mis papás cuando se mudaron a Veracruz, donde abrieron un restaurante de comida corrida en su casa. Ahí aprendí a meserear desde que tenía 10 años”, describe la universitaria. 

Al llegar a Querétaro, también apoyaron en el restaurante de una de sus tías, por lo que el negocio de la comida siempre ha sido parte de su vida. 

Sin embargo, para su formación profesional había decidido entrar al mundo de la industria y manufactura. “Pero mi herencia me alcanzó, cuando me ofrecieron ser gerente en un restaurante, justo cuando en la UMx tenía que decidir entre concluir mis estudios adquiriendo experiencia laboral en una empresa (bajo la modalidad de Estancia) o crear mi propio negocio (en la modalidad de Emprendizaje)”, menciona la estudiante. 

La directora de la Facultad de Ingeniería de la Universidad, Iraia Vivanco, la impulso para que emprendiera y abriera mi propio negocio. 

“Mi principal conflicto era cómo aprovechar lo aprendido en la carrera en una empresa de alimentos”. La directora me dijo, “verás que tienen más en común de lo que imaginas”, comenta. 

 

 

 

Desde que tomó la decisión, comenzó a aplicar todo lo aprendido. En la planeación estratégica, desarrollo de procesos, armado de las líneas de producción de alimentos, establecimiento de estándares de calidad e higiene, y logística, entre otros.  

“Un restaurante es como una minifábrica pero con una gran ventaja: al tener relación directa con los clientes, puedes validar el producto de inmediato”, asegura Karen Mendoza. 

En agosto de 2019, Berneló abrió sus puertas, en la colonia Tecnológico, en la calle de Epigmenio González 227. Para ello se acondicionó el espacio que anteriormente fue una pizzería, para ser un restaurante con servicio de desayunos, comida ejecutiva y cortes, con capacidad de hasta 150 comensales. 

“Por su ubicación -cercana a otros servicios de comida- teníamos que entrar con una oferta muy competitiva tanto en precios como en calidad, para no solo ser una copia de los demás negocios”, destaca la joven emprendedora. 

Rápidamente las personas ubicaron el negocio. Comenzó a darse la recomendación de boca en boca y a desarrollarse fidelidad de los clientes. 

“Nuestro desarrollo fue exponencial. El primer trimestre superamos más de 10 veces las proyecciones -que eran conservadoras. Para abril de 2020 ya habíamos alcanzado el equilibrio financiero y teníamos arraigo en el mercado”, detalla la estudiante y empresaria.  

Con un rápido crecimiento, advierte, el reto era estandarizar el servicio, mantener la misma calidad, crear platillos propios -como los “Huevos Encazuelados” y “en Costra de Queso”-, escuchar y responder a las exigencias de los comensales. 

“Sin duda, uno de nuestros principales valores es que hablamos con los clientes y los escuchamos, reconocemos su lealtad, aceptamos su crítica y buscamos que se sientan como en casa brindando una atención personalizada”, argumenta. 

Pero la pandemia llegó, sus ventas bajaron hasta en 80% y su equipo de nueve colaboradores se redujo a cinco. 

“Tuvimos que crecer la mercadotecnia. Salimos a volantear en las esquinas, lanzamos campañas y ofertas en redes sociales, abrimos el servicio de entregas a domicilio y para recoger pedidos personalmente”, puntualiza Mendoza Bernal. 

Administrativamente, la emprendedora tuvo que aprender a negociar con los proveedores para refinanciar sus pagos y cuando Querétaro entró al semáforo epidemiológico naranja, pudieron reabrir el servicio de consumo en sitio. 

 

 

“En el proceso, reacondicionamos nuestro espacio, establecimos nuevos manuales y mayores medidas sanitarias tanto para los empleados como para los clientes. Aunque suena sencillo, no ha sido fácil porque representa todo un cambio cultural tanto para la empresa como para los consumidores”, explica.  

Actualmente, Bernelo ya está saliendo de las deudas, espera recuperarse de manera paulatina y con la aceptación de los clientes, tiene proyecciones positivas, enfatiza la estudiante. 

“En el corto plazo, ya estamos planeando la remodelación del lugar con la integración de un par de terrazas en la plata baja y el segundo piso, así como la remodelación del tapanco y la integración del servicio de cafetería e incluso abrir una sucursal en los próximos años” adelanta Karen Mendoza. 

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