«Conmemorar un aniversario más de la Promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos tiene un profundo significado para nuestra vida pública. Es celebrar una historia común que nos da identidad y cohesión como nación, es celebrar las luchas y las conquistas de quienes han soñado con un arreglo social más justo e igualitario, es refrendar el compromiso con una forma de vida democrática en la que todo el poder dimana del pueblo y se instituye para beneficio de este. Conmemorar la Constitución es mirar al pasado para entender nuestro presente, pero al mismo tiempo es mirar hacia un futuro comprometido, anclado en la voluntad de regir nuestros designios conforme a este pacto fundamental», destacó Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
El jurista hizo resaltar que en nuestra Constitución se encuentra la promesa de un país sin corrupción, donde los cargos públicos no sean patrimonio de una clase gobernante, y se de lugar a una justicia real y accesible para todas las personas, con una vida digna que garantice las necesidades básicas: educación, salud, vivienda y seguridad.
A diferencia de otras constituciones del mundo, la nuestra no es el reflejo de un momento histórico, sino de un camino andado a lo largo de 105 años, en esa lucha inacabada por cerrar las brechas profundas que nos dividen y que nos separan.
«Tenemos una Constitución sin fronteras, abierta al derecho internacional y a los derechos constitucionales de otras latitudes, que nos hermana con otras naciones en la búsqueda de un mundo mejor en el que quepamos todos. Tenemos una Constitución que rechaza prejuicios, dogmas y estereotipos al decidir sobre derechos humanos y nos exige tomar decisiones considerando seriamente sus implicaciones sobre los intereses de la gente, sobre todo de las personas más vulnerables de nuestra sociedad. Tenemos una Constitución con una profunda vocación democrática, que empodera a las y los ciudadanos para actuar como agentes de transformación y para defender y reivindicar sus causas con un lenguaje común», remarcó el Dr. Zaldívar, quien dio continuidad a su oratoria estacando que, los compromisos de nuestra Carta Magna constituyen un instrumento de paz, un espacio de diálogo para resolver el conflicto social sobre la base de una tradición compartida, siempre hablando mediante la Constitución y no contra ella.
Para cerrar su intervención, el presidente de la SCJN hizo resaltar que hoy es un buen día para reafirmar el compromiso de hacer nuestra la Constitución, apropiarnos de sus postulados; y, ponerlos en práctica con voluntad y congruencia en nuestra vida. Toda vez que, llevarlo a cabo es la única forma viable para conquistar la sociedad justa e igualitaria que merecemos y aspiramos.