Heidy Wagner Loustalot Laclette, cronista de Cadereyta de Montes, en «Lunes de Cronistas: Relatos de Querétaro y su Patrimonio Cultural», habló sobre el «144 aniversario del nacimiento del ilustre cadreytense Constantino Llaca Nieto, gobernador de Querétaro de 1925 a 1927».
Constantino Llaca Nieto, fue el gobernador número 89 del estado de Querétaro, desempeñó el cargo de 1925-1927, cuando aún se ubicaba Palacio de Gobierno donde hoy está el Archivo Histórico. Llaca Nieto nació en el Centro Cultural de Cadereyta, recinto conocido en aquel tiempo como “La Casa del Quinto”, edificación del gobierno virreinal, donde se recaudaba el impuesto denominado “Quinto del Rey”. Según la tradición oral del Siglo XVIII, este lugar fue construido por Don Francisco Olvera en 1870, veinte años más tarde, fue comprado por la familia Llaca Nieto, donde Constantino transcurre parte de su infancia.
Carmelita Zúñiga Hernández, directora del Archivo Histórico del estado de Querétaro, colaboró en la investigación para determinar qué; efectivamente, Constantino Llaca Nieto nació en Cadereyta y no en San Juan del Río. Su acta de nacimiento fue hallada en el Registro Civil de Cadereyta; y, el 26 de marzo de 1879 encontraron su fe de bautismo en la Parroquia de San Pedro y San Pablo. De esta forma pudieron constatar que su nombre completo fue Constantino Miguel María de José de Luz Agustín de la Santísima Trinidad, hijo del queretano; José Llaca Franco, y de Panfila Cleotilde Nieto Mejía, originaria de Cadereyta, dedicada a labores domésticas y cuidado de su familia.
Constantino Llaca se recibió de abogado en 1909, también se dice que cuando joven fue agricultor, y sus primeras actividades políticas estuvieron vinculadas a su participación en la Revolución Mexicana, asumió el gobierno del estado en el auge de la Guerra Cristera en 1926, fue diputado dos veces, participó en el Partido Antirreeleccionista fundado por Francisco I. Madero el 22 de mayo de 1909. Quien a través de su frase “sufragio efectivo no reelección”, enalteció un movimiento para el desarrollo electoral, que aún permanece vigente. También marcó la pauta para el inicio de la Revolución armada.
Conforme a investigaciones, de 1926 a 1929 destaca la Guerra Cristera, también llamada Guerra de los Cristeros o Cristiada, fue una Guerra civil en México, protagonizada por el gobierno y milicias de religiosos católicos, opositores a la llamada Ley Calles, ya que proponía limitar y controlar el culto católico, en una nación donde continúa siendo mayoritario.
Constantino Llaca Nieto, apoyado por el presidente Plutarco Elías Calles, pese a sus profundas creencias religiosas, debió lidiar con la aplicación de la Ley de Cultos promulgada en julio de 1926, y que sería punta de lanza para la Guerra Cristera, recrudecida cuando la Iglesia Católica dejó las iglesias al cuidado de los fieles. Derivado de lo anterior, la sociedad queretana profundamente religiosa se sintió agraviada con la medida.
Para contrarrestar efectos de la ley formó la Liga de la defensa de la Libertad Religiosa; y, al suscitarse inconvenientes que afectaron al sector industrial y comercial; Constantino Llaca, convocó a elecciones; y, resultó ganador; Abraham Araujo, candidato del Partido Laborista Mexicano.
Durante su administración, brindo un fuerte impulso a la Ley Forestal del Estado de Querétaro, la asignación de presupuesto para los municipios con el fin de destinar recursos al pago de obras, servicios y acciones. Además, se enfocó en la instalación de bibliotecas públicas, prácticamente todo el estado, ordenamientos para levantar censos de habitantes y ganado, para realizar acciones en materia sanitaria, educativa, infraestructura, etc.
En esa época, entró en vigor el impuesto a la minería, se puso en marcha la Junta Central de Caminos que es equivalente a lo que hoy en día representa la Comisión Estatal de Infraestructura (CEI), además de importantes obras de infraestructura básica como agua, drenaje y alumbrado en lo que es la zona metropolitana de Querétaro y algunas áreas de San Juan del Río y Cadereyta.
El significado de su nombre, sin duda marcó la historia de su vida, ya que Constantino quiere decir Constante, perdurable; y, desde el viernes pasado quedó plasmado su nombre en la casona que lo vio nacer
