Natalia Toledo, subsecretaria de Diversidad Cultural y Fomento a la Lectura, comentó sobre el Plan de Ayala y las lenguas indígenas, al inicio de su intervención hizo resaltar de forma textual lo siguiente: «Que se de a los pueblos lo que justicia merecen, en cuanto a tierras, montes ya aguas que, ha sido el origen de la presente contrarrevolución, esos que no tengan miedo que pasen a firmar». De esta manera fue ratificado el Plan de Ayala en Ayoxuxtla el 28 de noviembre de 1911. Aunado a lo anterior, la funcionaria federal refirió que Zapata encargó al Mtro. Otilio Montalvo hiciera un programa que sirviera para que no se les viera como asesinos y «come vacas»; y, derivado de lo anterior, a través del plan del zapatismo se hizo brotar de las milpas un vocabulario, libertad, tierra y justicia. Por tal razón, la subsecretaria se mostró tajante al afirmar sin la reforma agraria la revolución sería «unirse a la bola».
Los zapatistas aplicaron el artículo VI del Plan de Ayala en sus territorios, y tanto los pueblos como las comunidades campesinas recuperaron las tierras, el uso de los bosques y aguas, que reclamaban como suyos desde los tiempos coloniales. Las haciendas fueron intervenidas por los jefes zapatistas, y las autoridades locales, desde el gobernador hasta los presidentes municipales, jueces, etc., debieron ser elegidos por los procedimientos establecidos por el Ejército Libertador del Sur, todo ello sucedió de 1914 a 1916.
Asimismo, no se sabe con certeza si el Gral. Emiliano Zapata habló el Náhuatl, según Doña Luz Jiménez si lo hizo, pero lo cierto es que en abril de 1918 dirigió dos manifiestos en esa lengua, sin duda el movimiento de Zapata estuvo rodeado de comunidades de habla indígena: Náhuatl, Otomí y Totonaco, que eran las predominantes en zonas dominadas por el zapatismo.
Emanado de lo citado previamente, la también poeta bilingüe, aseguró que la secretaría de Cultura del gobierno de Méxio, considera que este momento es vital para difundir las lenguas indígenas; toda vez que, se están viendo sumamente amenazadas, y es parte de su política lingüística, sobre todo porque sus hablantes de lenguas indígenas, enfrentan fuertes presiones para dejar de transmitir sus idiomas maternos.