Orlando Gómez Ramírez, rector del Santuario de la Santísima Cruz, y, José Maximino Rangel Cisneros, padre guardián del mismo Santuario, ambos pertenecientes a la Orden de Frailes Menores, llevaron a cabo la Sagrada Eucaristía este día de la Virgen de Dolores.
El padre Orlando Gómez, durante la homilía, destacó la importancia de la Santísima Cruz de los Milagros como generala de generales, y, tanto de las ánimas de los conquistadores de los cuatro vientos, como de sus antepasados, asimismo, remarcó que se elevó al Señor esta Eucaristía por tratarse de una acción de gracias, en la cual, cristianos nos reunimos para ofrecerla a Cristo, quien padeció en la cruz, murió, fue sepultado, resucitó y vive entre nosotros.
Damos gracias a Dios por el desarrollo de esta celebración, iniciada con la santa velación, seguida por la santa procesión, hasta la santa ofrenda de danza, concha, canto y flor. A estas fiestas arribamos con fe, devoción, gratitud, ofrendas, el gusto de compartir; y, ahora nos llevamos la bendición de Dios y la Santísima Cruz de los Milagros, además de un corazón agradecido y, el compromiso de ser mejores cristianos, haciendo valer el legado de los antepasados, acentuó el rector, al precisar el significado del acto celebrativo de nuestra Señora de los Dolores, y el Evangelio de hoy, que nos dice cómo al contemplar la Santa Cruz, contemplamos a María junto a ella, mientras vive la pasión con su hijo, que entrega su vida por amor a la humanidad. «Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. Cuando Jesús vio a su madre, y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo». Esta escena nos invita a que cada uno de nosotros sea ese discípulo amado, y ponernos en el lugar de Juan.
Bajo esta tesitura, González Ramírez, hizo resaltar que durante este lapso, quienes adoraron a la Santa Cruz, fungieron como ese discípulo amado que en ningún momento abandonó a Cristo. Aunado a lo anterior, señaló que María es el más grande regalo que nos da Cristo desde la cruz: “Mujer, ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu madre”. Para finalizar su intervención, dijo que los danzantes se llevan a María en su corazón y, son anunciadores de la gran noticia que es la salvación. Al concluir la Sagrada Eucaristía, el padre Orlando, recordó a la fallecida Nelly. QEPD.











