Evelyn Galindo, desde el Museo de la Restauración de la República, uno de los recintos museísticos más emblemáticos del estado de Querétaro, nos recuerda lo sucedido en la maratón femenil ayer, cuando dos competidoras keniatas consiguieron el 1,2 para su país, hace 109 años que no ocurría algo semejante en una maratón de los Juegos Olímpicos. En Estocolmo 1912; Sudáfrica, consiguió oro y plata, este viernes, las keniatas; Peres Jepchirchir y Brigid Kosgei, hicieron lo propio.
A las 17:00 hrs., tiempo del centro de México, dio principio la maratón varonil en los Juegos Olímpicos de Tokio, dicha prueba es la última de la presente edición olímpica.
La avasalladora preponderancia del continente africano en la prueba de los 42 kilómetros y 195 metros, simplemente quedo de manifiesto con gran determinación en la prueba realizada en Sapporo. Durante un trayecto caracterizado por la humedad, registrando picos hasta del 71%, y una temperatura aproximada a los 30 grados, situación que originó una discutida decisión, la salida tuvo que adelantarse pese a que muchas atletas ya descansaban.
Peres Jepchirchir, quien recientemente se había impuesto en la maratón valenciana, hizo notar su poderío y buen momento; incluso, durante varios kilómetros pareció empeñarse en respaldar a la plusmarquista mundial en Chicago; Kosgei, pese a ello, mostró gran condición física y determinación en todas las modificaciones, para enfilarse hacia un final sin contratiempos, sin importar que su tiempo no fue espectacular y esta justa se considere la más lenta en la historia del olimpismo, en cuanto a la categoría femenina se refiere, ya que cronometró 02:27:20.
Kosgei llegó segunda de la carrera, mientras que; Molly Seidel, sorprendió al conquistar el tercer sitio para Estados Unidos.
