- SURA Asset Management México celebra el 85 aniversario del nacimiento del artista surrealista: Pedro Friedeberg.
- Su trabajo “ecléctico e híbrido”, está lleno de ironía y exceso de ornamento que parece caótico, pero no lo es.
- SURA Asset Management a través de la Colección SURA tiene el privilegio de contar con dos de las obras de este fantástico artista: Lámina de Pavos y y Adivinatrices de Alejandría.
Ciudad de México, 11 de enero del 2021. A través de un breve recuento de su vida y de su obra, SURA Asset Management México celebra el 85 aniversario del nacimiento de Pedro Friedeberg, uno de los artistas más emblemáticos del movimiento surrealista en México.
Friedeberg se refiere a su trabajo como “ecléctico e híbrido”. Tanto las pinturas como los muebles, denominados “arte-objeto”, están llenos de ironía y exceso de ornamento que parece caótico, pero no lo es, todos los elementos son producto de un pensamiento consciente.
Pedro Friedeberg nació en Florencia, Italia, el 11 de enero de 1936, en un período convulso para el continente europeo y en el seno de una familia judeoalemana. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Friedeberg y sus padres huyeron a México cuando el artista tenía tan solo 3 años. La infancia del artista no es un tema muy mencionado por él ya que la recuerda muy estricta, con mucha disciplina y castigo; se refiere a ella como “alemana”.
Desde pequeño comenzó a expresar interés por el arte, especialmente por la arquitectura renacentista presente en las iglesias de su país natal. Su madre cuenta que, a los 2 años, Friedeberg se sentaba frente a la Basílica de Santa María Novella, en Florencia, para intentar dibujarla. Es posible que este gran interés por la arquitectura lo llevó a estudiarla, primero en Boston durante un tiempo y después en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México en 1957.
Sin embargo, para Friedeberg la arquitectura de líneas rectas y simetría que le enseñaban le resultaba aburrida, su interés se inclinaba hacia los diseños poco convencionales de arquitectos como el catalán Antoni Gaudí. El artista dejó la licenciatura en el tercer año, pero durante su estancia en la universidad tuvo la oportunidad de conocer al artista Mathías Goeritz, a quien asistió durante algunos veranos. Goeritz valoraba el trabajo de Friedeberg y lo motivó a continuarlo y no hacer caso a sus padres.
Durante la década de los sesenta, el artista se sumerge en el mundo del arte, adentrándose en el surrealismo, en donde conoce a Leonora Carrington y a Remedios Varo, y es gracias a esta última, que logró exhibir por primera vez en la Galería Diana de la Ciudad de México, en 1960.
Un año después, en 1961, se volvió miembro del grupo “Los Hartos”, fundado por Mathias Goeritz al lado de artistas como José Luis Cuevas, Kati Horna, Chucho Reyes, entre otros, quienes creían en la creación del anti-arte por el bien del arte, rechazando la pintura con un fin social o político.
La producción artística de Pedro Friedeberg durante los sesenta es vasta; representó a México en diferentes bienales en todo el mundo, participó en la Olimpiada Cultural en el marco de la XIX Olimpiada en México 1968 y comenzó también a internacionalizar su carrera, exhibiendo en Estados Unidos, Europa y Sudamérica.
Ya en los setenta, Friedeberg recibió invitaciones para presentar exposiciones individuales tanto en México como el extranjero y para finales de los ochenta, el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México llevó a cabo la primera retrospectiva de su trabajo artístico en la exposición Clepsidra y Babilómetro.
En años recientes, la obra de Friedeberg ha continuado expandiéndose y formando parte importante de exhibiciones y ferias de arte en México y el extranjero. En la actualidad, el artista continúa residiendo y trabajando en su estudio de la Ciudad de México.
SURA Asset Management a través de la Colección SURA tiene el privilegio de contar con dos de las obras de este fantástico artista: Lámina de Pavos y y Adivinatrices de Alejandría.
Datos de las obras
PEDRO FRIEDEBERG
LÁMINA DE PAVOS, 82/200, 1982
Serigrafía sobre lámina de estaño
60 x 60 cm
Descripción de la obra
Esta obra es un claro ejemplo del uso que Friedeberg le dio a elementos esotéricos propios del surrealismo, así como a la repetición, un tanto obsesiva, de elementos del arte cinético que generan un efecto de profundidad y resultan en una composición finalmente ordenada e incluso simétrica.
El tíulo de la obra se retoma del par de pavorreales con piernas de mujer que aparecen parados sobre el tope de una escalera que parece llevar a ninguna parte. Del pico de cada animal se observa un globo de texto, el de la izquierda con el Tzolkin, el calendario sagrado maya de 260 días cuyos nombres aparecen enlistados ahí mismo. Del lado derecho otro globo de texto con el Haab, calendario solar maya de 365 días que indica los meses, 18, y sus respectivos nombres también en lista.
Al centro, en la parte superior, otro globo de texto que aparece a partir de una pequeña media luna, en donde se observa la numeración maya, y al centro de la composición, unidades de tiempo maya y su conversión a nuestro sistema de medición.
PEDRO FRIEDEBERG
ADIVINATRICES DE ALEJANDRÍA, 50/90
Serigrafía sobre papel
67.5 x 67.5 cm
Descripción de la obra
Otra obra en donde la repetición de elementos protagoniza la composición, junto con la simbología tan representativa de la obra de Friedeberg. En este caso se trata de 18 efigies de perfil sobre un fondo completamente negro, cada una con un ornamento distinto en el cuello y un perro de tonos rojizos parado en la parte superior de las mismas. Cada efigie tiene una inscripción en la parte inferior que nombra prácticas adivinatorias inventadas por el artista y que se ilustran en cada uno de los rostros. Así tenemos, por ejemplo, la “Insectomancia” ilustrada con una mosca, o la “Leonomancia”, ilustrada con tres leones.
Este tipo de mensajes irónicos eran comunes en la obra de Pedro Friedeberg, en donde también destacan los guiños al arte pop y la indudable influencia del arte y cultura del medio oriente.