Fotografía: Cortesía
Mabel Solís, directora de la puesta en escena Ornitomancia, presentada por el Colectivo Escénico Escaranilla al interior del Teatro Raúl Flores Canelo el 26 y 27 de octubre, destacó haber tomado parte en el programa conmemorativo del XXX aniversario del Centro Nacional de las Artes (CENART), debido al relevante significado de reconocer el camino transitado, la trayectoria de quienes conforman el proyecto y la consolidación del mismo. También resulta por demás importante distinguir la perseverancia y sentirse honrados, tanto por el espacio como por el momento y la pasión albergada. Estar en la celebración de 30 años del Centro Nacional de las Artes es abrazar sus corazones con entusiasmo e inspiración.
Bajo esta tesitura, acentuó como Ornitomancia invita al asistente, a generar conciencia sobre la libertad desde la metáfora, al tiempo que reflexiona acerca del cuidado y conexión con los otros seres vivos, por lo tanto, la pieza también habla del cuidado al entorno, la empatía con los demás y el respeto a la naturaleza.
Como atributo, la creadora escénica puede reconocer que Ornitomancia involucra varias disciplinas escénicas, por ello el espectador halla la posibilidad de sentirse atraído de forma idónea, motivando así, la posibilidad de ampliar las sensaciones, emociones y narrativas que se desean plasmar.
En esta obra no existe un personaje principal, se enfocan en dar lugar a imágenes y atmósferas, con base en cuadros escénicos que no relatan propiamente una historia lineal. Cada cuadro es desarrollado de forma multidisciplinaria provocando que los 7 artistas integrantes de la escenificación, tengan un momento peculiar en ella, permitiendo a cada histrión el desenvolvimiento pleno de su quehacer artístico.
Un aspecto de vital trascendencia aportado por Ornitomancia a la sociedad en su conjunto es el mensaje de la libertad. Dentro de este inconsciente colectivo donde asociamos a las aves con el concepto referido previamente, hablamos sobre que tan esclavizados estamos como sociedad, cuántos límites tenemos debido a ciertas ideologías, dogmas, estereotipos e incluso miedos.
La creativa precisó cómo en muchas veces admiramos a las aves, vemos su belleza, sus colores, oímos sus cantos y nos sorprende su naturaleza, pero al afanarnos en conservar esa hermosura, las privamos de su libertad con la idea de la domesticación. Presumimos una bella jaula en los patios de nuestras casas como si estos animales fuesen adornos, pero si tuviésemos consciencia, supondríamos que tal vez, por las mañanas el ave no canta de alegría, muy probablemente está gritando a causa del sometimiento.
Si pensáramos de esta forma, y empatizáramos con el ave, quizá podríamos iniciar un proceso de concientización relacionado al cuidado de nuestro entorno, el vínculo con el otro; y, a la postre, de manera paulatina sería factible reflexionar sobre nuestra propia libertad.
Como toda compañía independiente es complicado sostener un proyecto, juntar voluntades, alinear intereses, acordar tiempos y gestionar recursos, remarcó Mabel, al hacer notar que el esfuerzo artístico se ha sostenido por amor y pasión de quienes lo conforman. Asimismo, el proyecto es difícil en su operación y logística, pero cada elemento de esta pieza origina impulso, motiva, apasiona y enamora.
El equipo de trabajo es conocedor de la trascendencia que posee abordar temas de la naturaleza del tocado en Ornitomancia, a la par de seguir creciendo como artistas. En este contexto, hizo notar la valía de desafiarse cada día, proyecto tras proyecto, función tras función, temporada tras temporada, gira tras gira. Ante todo, la pasión desabordada es un factor determinante, capaz de llevarles a continuar en movimiento.
En algunas escenas de la pieza, se permite que el público tenga una lectura universal, llama a crear analogías o metáforas, al hacer uso de algunos poemas donde hablan no solo de la libertad, sino también de las aves, su vida, su cotidianidad, naturaleza y misticismo. A su vez, el respetable tiene la posibilidad de asociar a las aves con sus propias experiencias y contexto.
Las aves son criaturas ancestrales y como tal, han inspirado a través de la historia a diversos artistas. Quizá sea por la vinculación en el inconsciente colectivo con la espiritualidad, sublimación y ligereza, realzó Mabel, quien en este contexto, citó que en diversas culturas, tradiciones e incluso creencias y religiones, se simboliza la elevación del espíritu, la libertad y paz, con los seres alados. Probablemente nunca comprendamos el universo de las aves, pues vivimos anclados a la tierra y carecemos de perspectiva, sin embargo, ese misterio envolvente las convierte en un gran atractivo para la creación e inspiración.
Mabel considera que a través de la historia de la humanidad, las aves han brindado acompañamiento, no únicamente como seres de inspiración, si no también como especies para la domesticación y profecía. Han sido entrenadas para enviar mensajes, por ejemplo, son observadas para predecir el clima, escuchadas para percibir el cambio de una era, nos han visitado en nuestros hogares por temporadas en búsqueda de ayuda y refugio, muchas veces nos visitan para anunciar el porvenir. Derivado de lo anterior, piensa que aún hay mucho que aprender de ellas, a partir de su observación y escucha. Tal vez por ello las relacionamos a todos estos valores y atributos.
Ornitomancia pretende motivar una reflexión profunda acerca de la naturaleza y nuestra libertad, además de hablar sobre la mística albergada internamente y que refleja en el todo. Para finalizar su intervención, Mabel Solís, destacó que nos hace falta escuchar de mejor forma nuestra intuición, regresar el origen, a nuestro animal y reconectar con nuestra espiritualidad.
