Sara Jaramillo Klinkert, escritora colombiana que fue partícipe en un conversatorio dentro del Hay Festival Cartagena 2022, hizo notar la relevancia del homenaje efectuado a las mujeres escritoras que carecían de visibilidad; toda vez que, han sido ellas, quienes abrieron el camino para que una mujer creadora pudiese ser publicada.
Jaramillo Klinkert destacó que en su obra «Cómo maté a mi padre», la ensayista ganadora del un premio Pulitzer; Chloe Ardelia Wofford, mejor conocida como Toni Morrison, resulta fundamental porque en su literatura mezcla lo crudo con la dulzura, conceptos que dan lugar a un aspecto infalible que disfruta mucho leer, además de resultar un punto idóneo para las mujeres; puesto que, son ellas quienes con su sensibilidad expresan de muy buena forma la dulzura de los personajes.
La experta en letras hizo resaltar que su novela integra una carga muy fuerte de amor, puesto que este sentimiento fue lo que sacó adelante tanto a ella como a su familia, pese alas terribles consecuencias originadas por que habían matado al padre; posteriormente, en «Donde cantan las ballenas», quería seguir mostrando las ganas que poseía la familia por continuar avanzando dentro de un entorno sumamente complicado.
Al respecto, acentuó que exhibe la violencia en sus obras por ser la contraparte del amor. Bajo esta tesitura; Jaramillo Klinkert, considera que por ser colombiana y originaria del Medellín de los 90’s, su «vara para medir la violencia es demasiado alta», porque considera que matar al papá de alguien era algo normal, puesto que a muchas de sus amigas les había sucedido algo semejante. Sin embargo, pasaron 30 años y fue a España, donde le hicieron saber de manera tajante que bajo ninguna circunstancia resulta normal que asesinen al padre de alguien.
En este sentido, hizo notar que haber escrito sus obras dio lugar a un ejercicio muy interesante, para mostrar como la descomposición social; permítase ser redundante, puede descomponer una familia por más claras que sean sus ideas y más resuelta que tenga la vida.
Los puntos en común que encuentra en ambas novelas la dejaron muy agotada; en este punto, la Mtra. Jaramillo trajo a la memoria cuando una amiga leyó su novela y le hizo saber su opinión al respecto, en primer orden, le hizo saber el alto nivel de conmoción que generó la lectura en ella, debido a que pese a la cercanía suscitada entre ambas jamás habían comentado sobre aspectos como los que aborda Jaramillo en su escritura, porque mientras la creativa lloraba por su padre muerto, su amiga, quien aún conservaba a su padre, un alcohólico de toda la vida, lloraba porque el aún vivía.
