Para quien camina entre la maleza petrificada de la ciudad, ésta le arroja siempre a manera de pregunta un enigma. Desentrañamos, deshilvanamos en constantes y vanos intentos, expuestos a lo que perdemos en el espacio que se abre al transeúnte. Sombra que quisiéramos capturar y elusiva, deambula por los matices lumínicos del concreto.
La luz y la materia en proceso de transmutación bajo la mirada intuitiva de Laura, yuxtapone fragmentos que cruzan el umbral entre lo que aparece y la narrativa inferior que quisiese tejer un relato, el testimonio de un viaje, el estar entre lugares.
La exposición que se hace de memoria quisiese abrigarse de ciclo, reflexión. El proceso continuo de hacer del acontecer, una experiencia. Al pasear, registrar y transforma la materia en un collage de tiempos, pareciera que la artista evoca aquella función que parece asignada a la escritura: Tratar de retener algo meticulosamente, de conseguir que algo sobreviva: arrancar unas migajas precisas al vació que excava continuamente, dejar en alguna parte un surco, un rastro ,una marca o algunos signos, destaca Óscar Espinosa Mijares, sobre «Memoria de un espacio y tiempo» de la Mtra. Laura Romero, quien es licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, lugar que la vio nacer y crecer en el mundo del diseño, estudió en la Universidad Oberta de Catalunya Innovación en Arte y Cultura Digital, cuenta con cursos y residencias y exposiciones en París, Hamburgo, Estambul, Estocolmo, Alaska, Buenos Aires y Quebec. Desde hace siete años reside en México, donde ha desarrollado su obra bajo la reflexión de lo íntimo y lo cotidiano.
La creativa señaló que ha encontrado en México un hogar y que la exposición cuenta el viaje que ha sido mudarse y habitar un nuevo espacio, por lo que en su obra podrán observar la luz y la materia en proceso de transmutación, así como relatos visuales sobre el estar entre lugares.
Su exhibición se puede conocer de martes a domingo desde las 12:00 hasta las 20:00 hrs., en el Museo de Arte de Querétaro (MACQ), ubicado en la calle Manuel Acuña, esquina Reforma, sin número, Barrio de la Cruz, en el Centro Histórico de Querétaro.
