Luis Téllez, supervisor de producción en México de “Pinnochio”, ganadora a la Mejor Película Animada en los Oscars, fungió como ponente de la conferencia magistral “Pinocho y los procesos creativos en proyectos de animación”, dentro de la Feria Internacional del Libro y Medios Audiovisuales de Querétaro (FILMAQ).
En este respecto, destacó la creación de una feria de literatura expandida como lo es la FILMAQ, sobre su trayectoria universitaria en la máxima casa de estudios de la nación, señaló que de pronto no estaba contento ahí, pero la formación de índole social, histórica, filosófica y teórica del pensamiento le han servido. Pensó que podía ser guionista de cómic, no dibujaba de niño, pero encontró el cine y vio mucho de manera sistemática.
Podría parecer que Guillermo Del Toro se acercó al stop motion, pero él ya tenía una compañía relacionada: Necropia, productora que ostentaba el solgan “No somos los mejores, pero somos los únicos”, hacían comerciales para la FIL de Guadalajara, eran con plastilina, pero Del Toro adaptó una cámara de cine utilizada para grabar “La Perla”, y fotografiada por Figueroa, después dejó ese legado, con esa cámara se hizo “Hasta los Huesos” y “El último día”. En el 1998 platicaban con la gente que hacía animación acerca de se podía jugar un torneo de ajedrez debido al reducido número de personas involucrado en esta actividad, posteriormente, la cantidad de integrantes creció y ya podían jugar futbol rápido, pero en la actualidad se puede hacer una liga, porque ya es un grupo numeroso de personas el involucrado.
Después de que Guillermo Del Toro ganó el Óscar en 2018 a la Mejor Película por «La forma del agua», se empezó a generar otros proyectos, ya había más directores tomando parte: Rita Basulto, Karen Castañeda, Juan José Medina, etc., la idea era hacer uso de un estudio de alto nivel solo para Stop Motion, ahora con las nuevas tecnologías pueden estar en voga el 3d, la realidad virtual, etc., pero el Stop Motion es un bien endémico de México.
Téllez destacó que estaban muy agradecidos con Del Toro, pero había que demostrar su valía y capacidad para hacer las cosas con el nivel requerido. Rita Basulto, Karla Castañeda, Sofía Carrillo, Juan José Medina, René Castillo, León Fernández y Luis Téllez fueron considerados para esta gran responsabilidad, todos son directores y generalistas, en este caso buscaron la especialización. Cada quien reconoció su fortaleza, como supervisión de animación de la unidad en México, debían estar en contacto con Portland, ellos ya tenían varias escenas, y le entregaron una biblia de personajes. Dijeron lo que se podía o no hacer con Pinocho. Estuvieron cobijados por el equipo internacional de Portland, la mejor gente de animación que ha conocido, realizaban juntas de 10 minutos diario, otra en la mitad del día y la del final era para ver avances.
Termina Pinocchio y había empezado su primer largometraje Inzomnia, historia que gira en torno a la pregunta qué pasaría si inventarán una pastilla para no dejar de dormir. Para aterrizar este proyecto, ya llega con otro aprendizaje narrativo. Cuarenta personas aproximadamente trabajaron en el filme de Del Toro, pero los siete fueron directores y Téllez vio la supervisión de animación como una maestría en animación. Ver a uno de los grandes contadores de historias en el cine contemporáneo fue maravilloso, ahora regresa con Inzomnia. Con el vasto currículum que ostenta Luis Téllez, todo fluye mucho mejor.