Las Meninas, se trata del cuadro más famoso de Diego Velázquez, que sobresale por la utilización de temas aparentemente relistas que esconden un complejo mundo de significados y relaciones, y por ser el que mejor compendia las características de su arte; construcción espacial modelada a través de la perspectiva y de la luz, composición equilibrada tanto en el juego de masas como en la variedad de las figuras y las acciones, factura libre y segura, y exquisita belleza de cada uno de los personajes.
La escena se desarrolla en una sala de Alcázar de Madrid. A la izquierda aparece el propio Velázquez, que se retira del lienzo para pensar y mirar, en alusión al carácter intelectual de la pintura, junto a él se arrodilla la «menina» o dama de honor María Agustina de Sarmiento, que ofrece una salvilla con un búcaro a la infanta Margarita. Junto a ella, en ademán de inclinarse, está Isabel de Velasco. Cierran la composición por la derecha el trío formado por los bufones Mari Bárbola y Nicolasito Pertusato y un mastín. Más atrás están la dueña Marcela de Ulloa y un guardadamas anónimo, y al fondo, tras la puerta, el apostador José Nieto. Por último, destaca la presencia de los reyes Felipe V y Mariana de Austria, los padres de la Infanta, cuyos rostros se ven en el espejo del fondo. Objeto de múltiples interpretaciones, puede ser visto como la imagen de continuidad de la familia del Rey y al mismo tiempo, la reivindicación de la nobleza del arte de la pintura y su propia dignidad personal.
Antecedente:
En Querétaro se inauguró la exposición al aíre libre «El Museo del Prado en la Calle»
