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El próximo 19 de octubre, a las 13:30 h, la joven agrupación ofrecerá un preámbulo de su participación en el 52 Festival Internacional Cervantino, en la Cancha de tenis
“Rumbo a la fiesta cervantina” es el título del programa que la Orquesta Escuela Carlos Chávez (OECCh) presentará en el Complejo Cultural Los Pinos con el objetivo de trasladar al público al ambiente festivo y ecléctico que se vive en las calles, teatros y plazas públicas de la ciudad de Guanajuato, durante la realización del Festival Internacional Cervantino (FIC).
La cita para el concierto es el sábado 19 de octubre, a las 13:30 h, en el que se revelará por qué el sonido de las castañuelas en una zarzuela o el compás binario de un paso doble nos es tan familiar o por qué el danzón –que tiene su origen en Cuba– se siente tan mexicano.
Bajo la dirección musical de Roberto Rentería Yrene, el grupo artístico, perteneciente al Sistema Nacional de Fomento Musical –institución de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México–, interpretará obras de compositores nacionales e internacionales como el sevillano Gerónimo Giménez, el italiano Gioachino Rossini, y los mexicanos José Pablo Moncayo, Arturo Márquez, Nubia Jaime Donjuan y Eduardo Gamboa, cuyas composiciones forman parte de la memoria musical del país.
Se trata de un concierto que celebra y expone la multiculturalidad del país, cuyo rostro y corazón se ha nutrido de diversas culturas, ideales sociales y estilos musicales a través de la historia.
El viaje iniciará con la Obertura, de la ópera Guillermo Tell, de Gioachino Rossini, estrenada en París, Francia en 1829. La pieza, además de formar parte del repertorio de las tradicionales bandas de viento en México, también está presente en el ideario de quienes siguieron en cine, radio o televisión las aventuras de El llanero solitario, personaje ficticio creado por el escritor estadounidense Fran Striker. Por otra parte, pocos saben que Guillermo Tell ―legendario héroe suizo del siglo XIII― fue el alias con el que Benito Juárez firmó su ensayo de iniciación en la masonería, el 15 de enero de 1847.
Para evocar el ambiente musical que se vive en México durante las fiestas patronales de un sinnúmero de sus comunidades y en las cuales la música de los instrumentos de aliento madera y aliento metal son los principales protagonistas, la OECCh interpretará el Intermedio de La boda de Luis Alonso, de Gerónimo Giménez, y Tenexac, paso doble del compositor mexicano Eduardo Gamboa, las cuales aluden a las raíces ibéricas que perviven en historia musical del país.
La primera es una zarzuela, género musical de carácter popular, tradicional y costumbrista, surgido en el siglo XVII en España, y la segunda una pieza concertante creada en 1995, en la que la trompeta tiene un papel protagónico.
Asimismo, la OECCh interpretará dos obras de Nubia Jaime Donjuan, una de las compositoras jóvenes más destacadas de los últimos años. Sahuaro, que es el tercer movimiento de su Little Mexican Suite, el cual está escrito a ritmo de danzón para evocar a los cactus de porte arbóreo que miden casi un metro y son originarios del desierto de Sonora, su estado natal.
Por otro lado, Tundra: el frío que quema es una obra que alude el tiempo gélido de dicho ecosistema. Sobre sus creaciones la sonorense dice que desde niña se interesó por la música tradicional mexicana. “La mayoría de mis obras contienen una raíz nacional y en muchas ocasiones regional. Como es sabido, la música popular mexicana tiene muchas ramas, que van desde el danzón hasta el mariachi”.
Si en este concierto “Rumbo a la fiesta cervantina” suenan danzones, no pueden faltar los de Arturo Márquez por lo que, la OECCh interpretará el Danzón núm. 2, que este año celebra 20 años de su estreno y el núm. 9, dedicado al director venezolano Arturo Dudamel, quien también lo estrenó en 2017.
A decir, del compositor nacido en Álamos, Sonora, “El Danzón núm. 2 se ha convertido en una especie de obra de repertorio especialmente de los jóvenes. Es una obra que forma parte y que es representativa de su generación”, mientras que del núm. 9, el crítico estadounidense John Henken señala que estalla con furia, en un enorme tema principal construido sobre un prominente acorde tritono/disminuido, contrastado con un motivo de trompeta de cuartas ascendentes, el cual se desvanece, con un acompañamiento que recuerda a las arpas callejeras de Veracruz, antes de que las cuerdas tomen el relevo con una gran melodía.
El cierre del festejo será con la obra Huapango, de José Pablo Moncayo, para muchos el segundo himno de México, el cual fue estrenado el 15 de agosto de 1941, con la Orquesta Sinfónica de México dirigida por Carlos Chávez. En este, el compositor laboró y transformó los temas de tres huapangos alvaradeños, citados en una nota por el musicólogo Otto Mayer Serra: El Siquisirí, El Balajú yEl Gavilancito.
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