Norma Lucía Piña Hernández, presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), asistió a la ceremonia conmemorativa del CVI Aniversario de la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el Teatro de la República de Querétaro.
La ministra trajo a la memoria, palabras de Donato Bravo Izquierdo, diputado constituyente: «Jamás he pretendido que, el Congreso Constituyente de 1917 esté verificando una labor de perfecta sabiduría, pero sí creo, que su obra es de evolución social, que hace conmover el cerebro y el alma del pueblo mexicano, ya que la Revolución le ofreció un horizonte de nueva vida que desconocía; y, que se ha debido estudiar para obtener un progreso verdadero. Así, la sangre derramada en nuestras luchas intestinas no será estéril».
Bajo esta tesitura; Piña Hernández, hizo reslatar que, las injusticias son dan lugar tanto a, inconformidad como descontento, enojo y violencia, pero con el firme objetivo de hallar una verdadera respuesta a ellas, de largo plazo, se requiere generar conceptos, ideales, convicciones de lucha política y fortalecimiento institucional. Puesto que, de esta manera ha sido en la búsqueda de igualdad entre personas, con independencia de credos, nacionalidades, condición económica, origen étnico diferente; o bien, de género. Y, encarar injusticias de esta índole, ha sido el mejor motor de las causas de la humanidad.
En este punto; Norma Piña, destacó a quienes tomaron pare en la reunción celebrada en este gran recinto, tuvieron la capacidad de hace suyas esas causas, plasmarlas en leyes, en instituciones, con el propósito de salir de la guerra fratricida y construir la gran nación que hoy conformamos. Esa es la lección que imponen los muros del Teatro de la República; y que, no debemos olvidar ni menospreciar.
Nuestra Constitución con centenares de reformas, involucra los fines, los objetivos, las grandes metas del proyecto nacional y reconoce derechos inherentes de todas las personas; no obstante, la deuda histórica con sujetos en particular y con enormes sectores de la sociedad aún prevalece. Mujeres, personas en situación de pobreza y discriminación, la infancia, personas con discapacidad, las y los migrantes, los individuos, personas, comunidades y pueblos indígenas, todos ellos nos exigen. Trayendo al presente, tanto a Donato Bravo como a sus colegas diputados constituyentes ,que nos dieron una nación, hizo notar que debemos seguir preparándonos para lograr un verdadero progreso. ya que, únicamente el conocimiento y la convicción en nuestros valores procuran la libertad y la igualdad.
La ley suprema tiene que ser una realidad en aras de la dignidad de cada persona, en aras; precisamente, de la consecución de los fines del proyecto nacional, concluyó Norma Lucía Piña Hernández.