Fidencio López Plaza, X obispo de Querétaro, durante la Sagrada Eucaristía dedicada a Santiago apóstol en la Santa Iglesia Catedral, destacó que dentro de seis años celebraremos dos acontecimientos de gran relevancia, los 500 años de que la Guadalupana bajó al Tepeyac y camina con su pueblo, y, en segundo orden, cuando Santiago y la Santa Cruz, bajaron del cielo para poner el ADN de los queretanos e impregnar el sello de la reconciliación y de la paz.
Hoy hace 494 años que el apóstol Santiago y la Santa Cruz, aparecieron en nuestro cielo para dar nombre a nuestro estado e Iglesia diocesana, así, la imagen de Santiago apóstol ha quedado en nuestros templos como el paradigma del cristiano orante, y, como diría el Papa Francisco, en Santiago tenemos el modelo de los discípulos misioneros.
En este contexto, López Plaza, destacó que resuena la petición de la madre de Santiago y Juan, para que sus hijos ocuparan los sitios más prominentes en el reino, uno a la derecha y el otro a la izquierda del Padre, petición honesta reveladora de tres aspectos, primeramente, exhibe el gran corazón de la madre de dos grandes santos, seguidores de Jesucristo. En segundo lugar, descubre el estado de ánimo del corazón de Jesús, se le percibe desalentado al notar que sus discípulos no han entendido que seguirle y colaborar en su proyecto no es un camino de poder y grandeza, sino de sacrificio y cruz. En tercer lugar, Jesús les vuelve a recordar lo más genuino e importante, porque el hijo del hombre no vino a ser servido sino a servir. Jesús no quiere jefes sentados a su derecha o izquierda, quiere servidores como él, que den la vida por los demás.