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Con más de 150 artistas en escena, se presenta una versión profundamente humana del clásico ballet
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Dos únicas funciones: próximo sábado 11 de octubre, a las 12:30 y 19 h
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), a través de la Compañía Nacional de Danza (CND), en colaboración con la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, presentan dos únicas funciones de El lago de los cisnes, el próximo sábado 11 de octubre, a las 12:30 y 19 h, en el Auditorio Nacional.
La emblemática pieza del repertorio universal del ballet se presenta en una versión coreográfica de Cuauhtémoc Nájera, que destaca por su enfoque naturalista y emocionalmente cercano, bajo la dirección musical de Gavriel Heine y la dirección artística de Erick Rodríguez, y la dirección artística adjunta de Elisa Carrillo.
El lago de los cisnes, compuesta por Piotr Ilich Tchaikovsky, narra la historia de amor entre Odette, una joven convertida en cisne por un hechizo, y el príncipe Sigfrido. Su estreno oficial fue en 1877 en el Teatro Bolshoi y alcanzó su reconocimiento definitivo en 1895 gracias a Marius Petipa y Lev Ivanov, convirtiéndose en uno de los ballets más representativos de la danza clásica.
En la versión que llega al escenario del Auditorio Nacional en dos únicas funciones, 70 bailarines de la CND compartirán el escenario con 80 músicos en vivo, lo que refuerza la riqueza sonora y escénica de la propuesta; una celebración de la danza, la música y la emoción humana.
El reto del doble rol: Odette y Odile
La actual puesta en escena en el Auditorio Nacional recupera fragmentos que no suelen representar debido a limitaciones de espacio o tiempo. Además, las bailarinas tienen la oportunidad de interpretar ambos roles –Odette y Odile– en una misma función, lo que representa un reto mayor y un reto artísticao significativo.
En conferencia de prensa para anunciar las funciones, las primeras bailarinas Ana Elisa Mena y Greta Elizondo, quienes interpretarán a Odette-Odille, compartieron que, aunque han bailado la coreografía en múltiples ocasiones, cada función representa un nuevo desafío técnico y emocional, y también, una oportunidad de crecimiento artístico y personal. El doble rol es uno de los más exigentes en la carrera de una bailarina.
“El contraste entre la pureza de Odette y la seducción de Odile exige una versatilidad interpretativa que va más allá de la técnica”, señaló Greta Elizondo, tras señalar el desgaste físico que implica mantener la energía durante toda la función. Por su parte, Ana Elisa destacó la dificultad de lograr los adagios controlados con la delicadeza de los brazos de cisne.
De acuerdo con el bailarín Argenis Montalvo, la versión que el público del Auditorio Nacional verá de El lago de los cisnes tiene un enfoque profundamente humano, pues el coreógrafo Cuauhtémoc Nájera construyó una narrativa en la que los personajes se sienten cercanos y reconocibles.
Al respecto, Ana Elisa comentó: “El príncipe Sigfrido no es una figura distante, sino parte activa de un entramado colectivo, mientras que Von Rothbart, el antagonista, adquiere una dimensión trágica: su maldad surge de una herida amorosa, lo que lo convierte en un personaje más complejo y emocionalmente resonante”.
En tanto, Alejandro Hidalgo, primer bailarín, destacó que la propuesta escénica transforma el ballet en un espejo de las emociones humanas, sin perder la exigencia técnica ni la belleza estética que lo caracteriza.
Las entradas están disponibles en taquillas del Auditorio Nacional y a través de Ticketmaster.
AJR