La capirotada es un platillo que contiene ingredientes obligatorios, el pan o la tortilla, los cuales, representan el cuerpo de Cristo y la última cena, en otras palabras, un paralelismo a la eucaristía. De igual manera, el piloncillo o la miel simbolizan la sangre de Jesucristo. En tanto que, la canela y los clavos de olor aluden a la madera de la Santa Cruz y los clavos. Por otra parte, al queso se le atribuye la forma del manto blanco con el que fue envuelto Cristo después de haberse sacrificado por nosotros. La capirotada varía en su elaboración, dependiendo de cada región donde se prepare, pero los ingredientes previamente citados suelen ser un punto en común entre la diversidad de preparaciones.
Este plato atesora una vasta tradición dentro de la cocina mexicana; y, es un postre muy consumido durante la Cuaresma, se sabe que su receta llegó proveniente de España durante la conquista. Hasta hace aproximadamente medio siglo la Capirotada era uno de los postres más comunes en los hogares de nuestro país. La Cuaresma constituye para quienes profesan la fe católica, un tiempo de reflexión, penitencia y alistamiento para la Semana Santa, lapso donde se conmemora la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.