En entrevista, Gleason Espíndola advierte sobre los estragos de la desertificación que acecha al territorio de México
Una de las experiencias de captación de agua de lluvia que se mencionan en el libro Experiencias internacionales en sistemas de captación de agua de lluvia: Hacia la seguridad hídrica, coordinado por el doctor José Arturo Gleason Espíndola, fue citado en el más reciente Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hídricos en el mundo 2023: alianzas y cooperación por el agua.
Se trata del caso específico de implementación de políticas de gestión inteligente del agua de lluvia que se implementó en el Noreste de Brasil, derivado de la sequía ocurrida entre 1979 y 1983; mismo que se cita en la página 68 del informe global.
Dicha experiencia es tan sólo una de las que Gleason Espíndola, investigador del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) de la UdeG, ha documentado tras colaborar con equipos de distintas partes del mundo para impulsar proyectos y estudios en favor del aprovechamiento de la lluvia y el cuidado del agua.
“Este es un gran incentivo, pues representa un esfuerzo de años y que la ONU haya buscado una referencia, llena de satisfacción y confirma la razón de ser de la Universidad de Guadalajara, donde la sociedad apoya un proyecto educativo como éste”, dijo, y añadió que “se ratifica nuestro liderazgo nacional e internacional en el tema del agua”.
Dijo que la idea del libro nació tras realizar el primer Congreso Nacional de Sistemas de Captación de Agua de Lluvia, en 2017, con sede en el CUAAD Huentitán, a donde acudieron investigadores nacionales y extranjeros.
“La idea la propusimos a la Asociación Internacional del Agua (IWA, por sus siglas en inglés), a su casa de publicaciones y fuimos añadiendo a otros autores de África, Brasil; fue creciendo de forma interesante. Captamos la experiencia de académicos, activistas y empresarios. Es un esfuerzo de posicionar el tema de captación de agua de lluvia”, contó.
Avanza la desertificación en el país
En el mapa del Monitor de Sequía de Conagua, publicado el 5 de febrero, se muestra cómo México atraviesa una crisis en diversas entidades. En éste se visualiza cómo varias zonas de Jalisco se encuentran en etapas que van desde anormalmente seco hasta la sequía extrema.
Gleason Espíndola explicó que esto se debe en gran medida a la desertificación, “que es un fenómeno que ocurre por la deforestación o maltrato del suelo, que pierde su capacidad nutritiva, productiva, que genera alimento”.
“Cuando llueve –abundó–, estos nutrientes se arrastran a los ríos y arroyos, y el suelo se vuelve desértico. El Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) ha documentado que la desertificación viene bajando hacia el Sur del país”.
Dijo que en Jalisco ya se siente la falta de agua, pues la tierra sufre un ataque que pega directamente en el ciclo del agua y que empeora con el modelo extractivista de extraer líquido para destinarlo a los sembradíos, además de la contaminación urbana.
“Hemos degradado el suelo; quitamos árboles que generan evapotranspiración, que funciona como un termostato y genera humedad para crear agua de lluvia. El arbolado y la vegetación captan esa agua que penetra al subsuelo. Lamentablemente, esta situación es crítica porque hemos deforestado y cambiado el uso del suelo, que lo erosiona”, subrayó.
Mencionó que otro asunto grave es la calidad del agua que llega a la gente y que está aumentando en las colonias del AMG. “El agua que llega no tiene control de purificación ni tratamiento. Poquita y sucia, es lo que se está viendo cada vez más. No me extrañaría que este año haya más casas o más usuarios que no tengan agua; o que tengan agua, pero sucia”, recalcó.
Texto: Iván Serrano Jauregui
Fotografía: Coordinación General de Comunicación Social UdeG l Gobierno de México