Los capibaras (Hydrochoerus hydrochaeris), son los roedores más grandes del mundo, miden 60 centímetros de altura hasta los hombros, tienen pelo largo, castaño claro y una cara que se asemeja a la del castor, carece de cola y sus patas son ligeramente palmeadas.
¡África tiene hipopótamos y América tiene capibaras! Destaca el San Diego Zoo, al precisar que, los capibaras se encuentran al este de los Andes, en las riberas de los ríos de América Central y del Sur, junto a estanques, en pantanos o donde haya agua estancada. A causa de su piel seca, un capibara requiere nadar en un charco para mantenerse sano. Los capibaras deambulan por zonas pantanosas y herbosas aledañas a los ríos, estanques, arroyos y lagos.
Tal como los ratones, las ardillas y puercoespines, tienen una dentadura frontal, que crece constantemente, usan sus dientes largos y afilados para pastar hierba y plantas acuáticas. Un capibara adulto puede comer de 2.7 a 3.6 kilogramos de hierba diario.
Cuando la hierba fresca y las plantas acuáticas se secan, comen juncos, granos, melones y calabazas. También ingieren sus propias heces con el fin de obtener bacterias beneficiosas que sirven a su estómago para descomponer la fibra espesa de sus alimentos. Los capibaras regurgitan su comida para masticarla mejor. Mastican su alimento de lado a lado, como un camello, en lugar de arriba a abajo.
En el Zoológico de San Diego, a los capibaras se les ofrecen galletas bajas en almidón y ricas en fibra, verduras variadas y heno de pasto Bermuda.