Por ACI Prensa
Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars (1843 – 1897) fue una religiosa española que se santificó en el cuidado de los ancianos. En 1873 fundó la congregación religiosa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Al morir dejó 103 asilos entre España y América.
Nació en Aitona, Lérida (España) el 9 de enero de 1843 en el seno de una familia profundamente católica. Como muestra de ello se pueden contar las numerosas vocaciones que florecieron dentro de la familia. Dos de sus hermanas fueron también religiosas: una de ellas, Josefa, ingresó a las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul y sirvió muchos años en un hospital de la Habana (Cuba); la otra se incorporó a la Congregación que Teresa fundó. Finalmente, tres de las hijas de su hermano también formaron parte de la comunidad.
Teresa de Jesús Jornet e Ibars estudió para maestra en la ciudad de Lérida. Al graduarse fue invitada por un tío suyo, el padre Francisco Palau y Quer -carmelita descalzo exclaustrado y hoy beato- a trabajar en el Instituto de las Hermanas Terciarias Carmelitas, que él había fundado. Teresa trabajó allí con esmero, pero sin considerar aún la vida religiosa como opción para su vida.
El llamado vocacional vino después. Teresa se sintió llamada a la vida contemplativa y solicitó su ingreso al monasterio de las clarisas de Briviesca en Burgos (España) en 1872. Sin embargo, no llegó a realizar los votos y volvió a la casa familiar. Decide entonces hacerse carmelita terciaria y dedicarse a la enseñanza.
En junio de ese mismo año, realizó un viaje junto a su madre a las aguas termales de Estadilla (Huesca). Durante el trayecto de regreso, Teresa se detuvo en Barbastro, localidad en la que el Beato Saturnino López Novoa y un grupo de sacerdotes se dedicaban al cuidado de ancianos abandonados.
Teresa vió en aquella noble labor el camino que había estado buscando y que ahora aparecía despejado y luminoso. Sabía que era Cristo mismo quien le pedía entregarse a los demás. Poco después, el 11 de octubre de 1872, Teresa regresa a Barbastro, acompañada de su hermana María y de la amiga de ambas, Mercedes Calzada, para unirse al grupo de las primeras aspirantes, dirigidas por el Beato Saturnino López Novoa.
Teresa fue nombrada superiora de esa primera comunidad femenina y recibe oficialmente, de manos del Beato Saturnino, las constituciones de la nueva comunidad. Unos meses más tarde, el 27 de enero de 1873, se produce la fundación de la Congregación de Hermanitas de los Ancianos Desamparados.
Para mayo de 1873 las hermanitas llegan a Valencia, siempre acompañadas del beato Saturnino López, a solicitud de la Asociación de Católicos de la ciudad para comenzar el trabajo de ayuda a los ancianos en abandono.
Teresa de Jesús Jornet e Ibars fue superiora general hasta su muerte en Liria, Valencia el 26 de agosto de 1897, a los 54 años.
La espiritualidad de esta Congregación consiste en acoger a los ancianos más pobres e integrarlos a un ambiente de familia, atendiendo sus necesidades materiales y espirituales. En palabras de Santa Teresa, se trata de: “cuidar los cuerpos para salvar las almas”. Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars fue beatificada el 27 de abril de 1958 por el Papa Pío XII, 50 años después de su muerte. El Papa Pablo VI la canonizó el 27 de enero de 1974.
En la actualidad, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados tienen 204 hogares en 19 países, entre ellos Filipinas, Mozambique, Guatemala y Paraguay.