Joseph Pronechen, escritor católico y autor del libro Fruits of Fatima – Century of Signs and Wonders, recopiló algunas de las frases con las que los santos han expresado su devoción a San José a través de los siglos.
“Con San José, me viene a la mente la vieja perogrullada: ‘Las acciones hablan más que las palabras. Los santos lo saben de primera mano y nos muestran cómo nosotros también podemos tener el mismo vínculo de amistad y compañerismo’”, dijo Pronechen en un artículo publicado en el National Catholic Register.
A continuación, las frases de 14 santos y beatos sobre San José.
La santa española fue la religiosa que reformó el Carmelo en el siglo XVI, fundó la Orden de las Carmelitas Descalzas y fue declarada Doctora de la Iglesia. Se caracterizaba por su sencillez, prudencia, amabilidad y caridad.
Santa Teresa tenía una profunda vida de oración y era tan devota de San José que le puso su nombre a todos sus monasterios, y nos dejó una serie de frases que nos enseñan el amor y las gracias que recibió por intercesión del padre adoptivo de Jesús.
“Tomé por mi abogado y señor al glorioso San José y me encomendé sinceramente a él; y descubrí que este mi padre y señor me libró tanto de este problema como de otros problemas mayores relacionados con mi honor y la pérdida de mi alma, y que me dio mayores bendiciones de las que podía pedirle”.
“No sé cómo alguien puede pensar en la Reina de los Ángeles, durante el tiempo que ella sufrió tanto con el Niño Jesús, sin agradecer a San José por la forma en que los ayudó”.
“A otros santos el Señor parece haberles dado la gracia para socorrernos en algunas de nuestras necesidades, pero de este santo glorioso mi experiencia es que nos socorre en todos ellos y que el Señor desea enseñarnos que como Él mismo estaba sujeto a él en la tierra (porque, siendo Su guardián y siendo llamado Su padre, él podría mandarle), de la misma manera en el Cielo Él todavía hace todo lo que pide. Esta ha sido también la experiencia de otras personas a las que he aconsejado que se encomienden a él; e incluso hoy en día hay muchos que le tienen una gran devoción por haber experimentado nuevamente esta verdad”.
“No recuerdo ni siquiera ahora que le haya pedido algo que él no me haya concedido. Estoy asombrada de los grandes favores que Dios me ha concedido a través de este venerable santo, y de los peligros de los que me ha liberado, tanto en cuerpo como en alma”.
“Desde hace unos años, creo, le he hecho alguna petición cada año en su fiesta, y siempre me la ha concedido. Si mi petición está mal dirigida de alguna manera, él la dirige correctamente para mi mayor bien”.
“Ojalá pudiera persuadir a todos para que se dediquen a este glorioso santo, porque tengo una gran experiencia de las bendiciones que puede obtener de Dios. Nunca he conocido a nadie que se dedique verdaderamente a él y le preste servicios particulares que no hayan avanzado notablemente en virtud, porque él brinda una ayuda muy real a las almas que se encomiendan a él”.