Olinka Domínguez, artista plástica que toma parte en «Los colores del sabor», muestra recién inaugurada en el Museo de Arte de Querétaro (MAQRO); y, perteneciente a la Colección Milenio Arte, precisó que en su obra hay un ave parecida al correcaminos, pero se trata de un ave lira, la cual, habita en la selva; y, constituye uno de los símbolos más fuertes y terribles de lo representado por el consumo humano y la expansión masiva deterioradora del medio ambiente.
El ave lira contaba con el don de imitar a otras aves; y, entre más sonidos replicara, incrementaban sus probabilidades de atraer pareja, sin embargo, al presente, únicamente produce sonidos de sierras destruyendo su entorno. Por tal razón, debía incluir esa imagen tan fuerte en su pieza, aunque es un bodegón estructurado de manera tradicional, para ella no podía faltar el caos de la vida moderna, las bolsas de plástico que se siguen usando, además de los pesticidas, las verduras genéticamente modificadas y el decremento generado por la producción del consumo humano en la naturaleza.
Su pieza está dividida en tres segmentos, en el primer apartado se muestran las bolsas, en medio ubica la dieta de nuestros agricultores que producen la comida, hace notar cómo los indígenas de su pueblo aún consumen frijol, maíz y chile en su dieta diaria, contrasta con una dieta de «lujo», pero pocos pueden consumir una dieta variada con todos los colores que da esa diversidad de bióticos, no todas las personas tienen la posibilidad de pagarla. Aparecen muchos insectos muertos en la obra que exhibe en esta exposición, la cual, refleja cómo en la ciudad cada vez hay más abejas finadas, incluso, cuando Olinka hacía el cuadro, le aparecían muchos animales muertos en la calle y especies que jamás había visto, ya que anteriormente pertenecían a climas cálidos y selváticos, por tal motivo, consideró que se trataba de una señal para incluirles y hablar en esa línea.
Para concluir su intervención, hizo resaltar que su bodegón se estructura como los clásicos, pero es un bodegón del caos, porque refleja el momento del cambio suscitado, cuando pensábamos que estaba bien explotar la tierra, envenenarle y usar químicos en nuestra comida, elementos que irónicamente terminan por quitar sus nutrientes.
