Convencidos de que el teatro no es para presentarse solo en un lugar, los integrantes del Colectivo Teatral Los Histriónicos, Abraham Mendoza, Alex Barreto y Andrés Barojas, consideran que cualquier espacio puede llegar a ser el lugar ideal para acercar el arte escénico a todas las personas.
Para ellos, una plaza, un parque, entre los semáforos o los camiones de pasajeros de la ciudad de Xalapa, Veracruz, son espacios ideales para la actuación.
Andrés Barojas, uno de los integrantes del Colectivo, dice que cuando empezaron – octubre de 2017- hacían pequeñas demostraciones en la calle y en escuelas; luego siguieron con su preparación para poder presentarse en el Festival de Teatro Universitario 2018, en Xalapa.
“Comenzamos nuestro trabajo con la idea de promover el interés por el teatro, no apostando a un público que llegue a verlo, al contrario, considerando que el teatro es una herramienta móvil, cuya capacidad de transporte no está en detrimento de su calidad artística”, sostiene.
Comenta que, durante su participación en el Festival de Teatro Universitario, presentaron la obra llamada Sueño de un cuentista; luego, se alejaron un poco de las presentaciones en escenarios formales, no obstante, fue la oportunidad para acercarse a aquello que les dio origen: el trabajo en la calle.
De tal forma que subirse a los camiones o presentarse en semáforos, parques o plazas de Xalapa para realizar presentaciones, adaptaciones o sketches se convirtió en parte de su día.
Al abundar sobre la forma de hacer teatro en la calle, Andrés Barojas dice que es un teatro inspirado en los juglares medievales.
“Es más bien por el gusto de llevar este arte a la gente, si a veces la gente no va al teatro, entonces nosotros decidimos más bien llevarles el teatro a ellos”.
Los Histriónicos cuentan con tres obras que se han presentado en escenarios tradicionales: Sueño de un cuentista, que es la historia de un actor que va a una pequeña entrevista para tener un trabajo y mientras, él comienza a sacar todos sus artilugios: títeres y máscaras, y a crear historias dentro de un mundo imaginario.
La segunda obra se llama Juan sin miedo, que fue presentada en varias escuelas primarias. “Esa historia habla sobre un pequeño pueblo que un día se quedó sin agua porque los ciudadanos han estado contaminando y desperdiciando el agua. Un día el espíritu del bosque llega y se lleva el agua, entonces, aparece este héroe llamado Juan sin miedo que tiene que aventurarse al bosque para poder recuperar el agua”.
La tercera se llama Los reyes, inspirada en un texto de Julio Cortázar del mismo nombre y retoma el mito del minotauro y de Teseo. En este montaje se invierten los papeles: vemos a Teseo como un bravucón, como alguien malo y al minotauro lo vemos más bien como un ser más sencillo, noble, humilde.
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