La incorporación de las tecnologías digitales, teléfonos celulares, redes sociales para cortejar y enamorar entre los jóvenes es una práctica que va en aumento, y cada vez está más normalizado iniciar la vida amorosa mediante plataformas de internet y recursos tecnológicos.
La maestra Tania Rodríguez, investigadora del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) de la UdeG, compartió lo anterior, luego de que ha dado seguimiento a una encuesta que realizó en 2014 con el título: “Representaciones y prácticas en torno al amor y pareja”, entre jóvenes de 15 a 29 años del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG).
“En 2014 el uso de aplicaciones de cita ya estaba instalado en los jóvenes, pero todavía era estigmatizado; por ejemplo, las parejas que se conocían en Tinder tendían a mentir en su historia porque estar ahí era un mal indicio, era como conocerse en el espacio de los desesperados que no podían acceder a una pareja por los medios tradicionales; pero ahora no, el que los jóvenes tengan un perfil en una aplicación de citas es lo más común, no está estigmatizado y asumen públicamente que se conocieron por una aplicación”, apuntó.
Explicó que esta situación tiene aspectos positivos como el hecho de que amplía la posibilidad de encontrar una pareja, hay nuevos recursos, canales y vías para enamorarse, y eso es bueno, aunque también hay algunas cuestiones negativas.
“Les da nuevas posibilidades de expresión sexual y trae ventajas y desventajas, quizás el sexting sea una forma de iniciarse en la vida sexual menos abrupta, pero está el riesgo de que hagan mal uso de algún material y que exista extorsión; la posibilidad de ser acosado, vigilado, estafado, engañado”, indicó Rodríguez.
En este aspecto, la recomendación con estas aplicaciones es no confiar en todo lo que se ve, ya que se sabe que hay perfiles creados para estafar, engañar y muchas víctimas de esos perfiles son jóvenes, sobre todo adolescentes.
El discurso de la no monogamia está fuerte
En cuanto a conceptos como el poliamor, que se refiere a una relación amorosa no monógama, Rodríguez explicó que hace una década no era un tema tan importante para los jóvenes, y aunque ya había muchos grupos perfilando una forma distinta de relacionarse, en contra de la monogamia, en la encuesta los jóvenes se mostraron monógamos.
“El poliamor es más nuevo, donde los jóvenes están apostando por una nueva forma de relacionarse amorosa y sexualmente; pero si bien ideológicamente los convence, en la práctica la sufren; dicen que prefieren amor desde la libertad, sin la exclusividad, pero al final terminan descubriendo que es un abuso, sienten celos y anhelan, en el fondo, exclusividad”.
Añadió que aunque está creciendo el interés por el poliamor, el discurso de la no monogamia está fuerte y los jóvenes se sienten cada vez más cerca de esa ideología; no se pueden desestimar siglos de pensar el amor desde la monogamia y a pesar de que creen cada vez más en el poliamor, en la práctica es algo muy difícil de vivir.
“Hay muchas presiones para la monogamia desde la familia de origen, desde los padres, que hacen que los jóvenes, a pesar de querer enamorarse y vivir el amor de otras maneras, en muchas ocasiones es imposible o un asunto de palabra, porque quieren exclusividad, experimentan celos y están lejos de vivir el poliamor”, señaló.
Texto: Laura Sepúlveda Velázquez
Fotografía: David Valdovinos