Zurciendo el planeta es una colectiva con la participación de más de 130 mujeres, la mayoría en América Latina, que está preparando una gran instalación de 25m2 para la conferencia climática de las Naciones Unidas, COP 26, en Glasgow del 31 de octubre al 12 de noviembre 2021, porque no están de acuerdo con la forma en la que se han llevado hasta ahora las negociaciones.
Para el mural, cada bordadora está creando un árbol que formará parte de un bosque simbólico, un mural textil, con el mensaje de que la humanidad tiene que actuar más como un bosque donde cada individuo, cada árbol, prospera para el bien común, dando abrigo, alimento y sombra a miles de otras especies, generando un ecosistema que permite y fomenta la vida de otros seres. En nuestras sociedades las entidades más poderosas, las corporaciones, a veces incluso los gobiernos, están perjudicando a las demás especies.
Con esta metáfora la colectiva busca mandar un mensaje de optimismo tenaz a la conferencia: hasta ahora, en 26 años, las conferencias anteriores no han logrado aminorar el aumento de CO2 atmosférico ni de temperatura promedio. Ya tenemos 1.2℃ de aumento de temperatura y estamos viviendo las consecuencias en todo el mundo, especialmente en muchas partes de América Latina con más incendios y alteraciones de los sistemas de precipitación, que traerán más inundaciones y más sequías y afectarán las bases de la vida como el acceso al agua y las cosechas.
Pero estamos a tiempo de hacer los cambios importantes para asegurar un futuro más equitativo y regenerativo. Sabemos que el aumento de temperatura ya encaminado tardará generaciones en revertirse. Por eso no podemos dejar que los negociadores pierdan más tiempo.
Este bosque, formado de miles de puntadas de optimismo y cientas de horas de bordado tenaz, trae toda la fuerza de +130 bordadoras que representan múltiples realidades y geografías latinoamericanas. Están bordando principalmente en Argentina, Chile y México, mujeres de 10 a 86 años; profesionistas, cocineras, psicólogas, médicas, arquitectas, abogadas, ingenieras, docentes, artistas, amas de casa y varias estudiantes. Geográficamente abarcan desde Puerto Williams, en la punta más sureña de Chile, hasta las ciudades del norte de México como Saltillo (Coahuila), Ciudad Juárez (Chihuahua) y Ensenada (Baja California Norte). Todas bordan desde su deseo de ver cambios.
Hay que cambiar las formas de negociación entre los países y los sectores de nuestras sociedades y ser más como un bosque.
La representante de la colectiva nos explica: ”En la colectiva Zurciendo el Planeta estamos bordando un bosque de urgencia que conlleva también esperanza, un bosque que está creciendo cada día y creando conexiones de punta a punta de América Latina. Lo vamos a llevar a Glasgow, Escocia, para la COP 26 en noviembre, como un acto de protesta pacífica, hermosa y atractiva. Buscamos llamar la atención hacia otra forma de vivir que es MUY propia de los seres humanos. Siempre hemos sido comunitarios. En las últimas décadas, desde las grandes ciudades, cada vez más anónimas, se ha fortalecido una ideología de competencia y acaparamiento de recursos que no era nuestra forma de vivir. Nos concebimos ahora como una especie destructiva. Pero esta característica no tiene que definirnos. La mayoría de la gente no es así. Está demostrado que los que controlan los recursos –que suelen ser empresas multinacionales con los procesos industriales más contaminantes y que más contribuyen al cambio climático, como las compañías de minería y de combustibles fósiles– han retardado todos los procesos de negociación de las conferencias climáticas pasadas. Ahora percibimos que los negociadores y gobernantes se apoyan en cálculos de captura de CO2 mediante tecnologías que ni siquiera existen para no tener que ponerle alto a estas mismas empresas. Hay que empezar a reducir emisiones YA. Y repensar cómo vivimos en este planeta, desde cómo comemos, nos vestimos, nos alojamos y nos transportamos. Sobre todo debemos cambiar la manera de contabilizar economías “exitosas” para tomar en cuenta el medio ambiente por encima de todo, en lugar de medirlo por el Producto Interno Bruto.”
Agrega, “Nuestro proyecto se ha vuelto en sí mismo un gran ejemplo de cómo se pueden hacer cosas en común, incluso entre personas que nunca se han conocido en persona, pero que comparten una visión y una esperanza para un futuro más digno para TODOS los seres vivos. Pero necesitamos hacerlo a cada vez mayor escala.”
La colectiva de Zurciendo el planeta, nace en 2020 durante los talleres de Costuras Ecológicas y Huerto Urbano que se impartieron en línea durante la pandemia y se formaron amistades virtuales entre las participantes. Se han sumado decenas de mujeres más en el proceso de crear el mural textil para la COP 26 en 2021.