Danna Ponce, actriz que a través de un documento audiovisual relató que hizo uso de una lista de correos, a los cuales, debía enviar su press kit; y, la persona que dio respuesta fue Coco Levy.
“Él trabaja en videocine, que está ubicada en Coyoacán, en un lugar hermoso, con unos jardines impresionantes. Entonces, recibo la única llamada con la esperanza de lograr tener un trabajo y tener en un lugar y conocer, esta carrera es de contactos, entonces mientras más gente conozcas, más cerca de lograr un objetivo estás”, preciso la interprete, quien dijo que Levy le contactó para saber si podría irlo a ver a sus oficinas la semana siguiente. Derivado de lo anterior se presentó el 3 de febrero del año en curso, aquel día, Ponce llegó a la oficina y Levy le dijo que no cerrara la puerta por cuestiones vinculadas a la ética, puesto que la gente podría decir que pasan cosas en esa oficina, «cuando sí pasan cosas», especificó la actriz.
“Me senté y lo único que el señor podía decir era: ‘eres una demonia’, ‘eres una demonia’, lo cual yo no entendía. ¿Cómo una demonia? ¿Qué es eso? ¿Qué es una demonia?. Este señor continúa con sus consejos y todo lo ejemplificaba, llevándolo a un abuso, como son las cosas. Eran cosas como: ‘si un director te pide que te fajonees con tu pareja’. Incluso se paró al lado de mí y me jaló como si fuera mi pareja y yo ejemplificara el fajoneo con él. Obviamente yo me quedé parada, pasmada, no hice nada, con miedo obviamente a que intentara hacer otra cosa ¿cierto?. Salí de la oficina muy nerviosa ¿cierto? Porque como actriz egresada llegas con una idea de lo que es: ‘Ok me voy a presentar, me va a conocer, va a ver todos los sueños… Sí sentí una incomodidad, un miedo, y me pidió que regresara. Yo regresé la siguiente semana. ¿Por qué regresé? Porque quiero trabajar, porque tengo metas, porque tengo ambiciones. Igual y muy grandes para ser mujer, pero las tengo… El 10 de febrero, que fue la segunda cita con este señor, yo ya iba mentalizada, primero que nada ir lo más tapada que podía para que este señor dejara de verme como un pedazo de carne, porque la primera vez, a pesar de que no iba provocativa, o con estas cosas que nos indican para mostrar el cuerpo, la figura, porque el cine necesita eso, la televisión necesita eso, pues la verdad yo fui como (inentendible) y la segunda vez fui así como esta bien, esta vez no va a pasar nada, y mi carácter, me voy a imponer y ta, ta, ta… En la segunda ocasión, lo primero que pasó fue que cerró la puerta. La puerta que dijo que no cerraba por ética. La cerró. Y en mi cabeza dije: ya, qué es lo que va a pasar. ¿Qué viene después de esto? El me hablaba y me decía lo mismo, que era una demonia, que tenía todo para llegar lejos, que me iba a convertir en una estrella… Además, me dijo que, en este medio, lo único que quieren es dinero, que no les importaba el contenido ni el mensaje, sino cuántas personas veían ese contenido”, aseguró.
También hizo saber lo siguiente: “El señor en la segunda ocasión estaba yo sentada enfrente. Me dijo un ejemplo también de cómo poder conquistar a un productor. Se desabrochó el zíper, primero el cinturón, luego el zíper y se quedó sentado así (con las piernas entreabiertas). Lo primero que pasó por mi mente es ¿qué? ¿Ahora se la tengo que chupar? ¿o qué sigue? Perdón, pero la imagen que tenía en la cabeza era la de mi boca en su pene. Me paralicé, sí, me paralicé. No pude decir nada, sí, no pude decir nada. El señor se paró, caminó detrás de mí, sus sillas tienen recarga brazos, y lo que hizo después fue agarrarme por detrás y tocarme los senos y me dio un beso en la comisura (de los labios). Mi psicóloga contra abuso. Yo llevo un proceso contra abuso muy intenso. El primer abuso que tuve fue a los cuatro años por parte de un familiar, y después a los 21 tuve otro suceso con otro hombre, que era un masajista. Y el de Coco Levy… Y justamente eso me pasaba porque yo se lo platicaba a colegas, en confianza, de tú qué harías porque ¿Qué hago? La ley no dice que tenemos que hacerlo viral porque no se puede levantar una denuncia, porque no te escuchan si no es viral. Imagínense en qué país vivimos que tenemos que usar una plataforma para que se haga justicia, que te escuchen… Hermano, porque yo tenía más que perder, yo tenía más que perder. Por mi cabeza pasaba: ‘ya no voy a poder ser actriz, en ningún lado me van a contratar si yo le pego una cachetada a mi abusador’. Hace unos días le escribí por mensaje y le escribí para tener pruebas porque yo borro mis conversaciones. Y la gente a veces quiere pruebas, ¿no? Entonces le escribí también para que él supiera que yo sé que abusó de mí. ¿Por qué? ¿Por qué normalizarlo? Y como lo mencionaba no quiero con esto generar un gran cambio, porque no se va a poder. Porque los grandes cambios son prolongados, se necesita mucho tiempo. Porque quiero, al menos, proteger a mis colegas actrices. Al menos decirles: ‘no vayan si este hombre las cita’. Porque yo ya fui y me pasó eso y me tardé cuatro meses para sanar y es muy poco tiempo, porque hay gente que tarda años y años y años para poder hablar de un abuso. No tengo miedo. Me decían hace un momento que tuviera mucho cuidado con lo que decía porque la empresa y todo puede afectarme o perjudicarme. No me importa a estas alturas. No me importa si salgo perjudicada. Sólo me importa que otras mujeres no salgan perjudicadas”, finalizo.