Daniela Elbahara inaugura la exposición offsite “El ascenso”, de Fabián Ramírez, una reflexión sobre los “nuevos” tiempos que atravesamos

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● Daniela Elbahara presenta el trabajo de artistas reconocidos y emergentes provenientes de todas las disciplinas artísticas, y busca generar un diálogo entre la creación local e internacional. ● Como parte de un ambicioso programa curatorial presenta la exposición “El ascenso”, de Fabián Ramírez, sobre los nuevos tiempos que atravesamos.
● La obra de Fabián Ramírez explora la posibilidad de reconstruir el tiempo en su condensación matérica y refleja lo transitorio de nuestra existencia frente a un orden superior al nuestro: el caos.
● “El ascenso”, de Fabián Ramírez, propone enfrentar el límite entre lo reconocible y lo irreconocible como una posibilidad natural e inevitable de lo concreto en el momento que se supera a sí mismo.

Daniela Elbahara, en colaboración con ReCover y Rey Vinilo, presenta:
“ASCENSO”,
Exposición individual de Fabián Ramírez y presentación del disco “Bahía de Ascenso”.
Viernes 20 de Noviembre de 2020.
7 pm: Inauguración de exposición.
9 pm: Show en vivo.
Para confirmar tu asistencia, favor de enviarnos tus datos por DM o correo a danielaelbahara@gmail.com y el
número de personas que asistirán.
Todos los visitantes deberán estar de acuerdo en mantener la distancia social y usar cubrebocas.

Después de haber codirigido y creado la galería Yautepec (2008-2017) y Material Art Fair México (2014-2017), Daniela Elbahara abrió las puertas de su galería en febrero de 2019. Este espacio muestra obra de artistas reconocidos y emergentes provenientes de todas las disciplinas artísticas. Con tres shows dobles anualmente y varios pop-ups, el espacio de Elbahara genera un diálogo entre creadores locales e internacionales.
“Ascenso”, de Fabián Ramírez, propone enfrentar el límite entre lo reconocible y lo irreconocible como una posibilidad natural e inevitable de lo concreto en el momento en que se supera a sí mismo, consolidándose como una “nueva forma” cuyo único techo es el infinito. Esa “nueva forma” desborda y traspasa sus propios límites al expandir su sonido, posibilitando un ascenso con renovada intensidad, sosteniéndose a sí misma a la vez que rompe con lo anterior y nos invita a perdernos en ella.
Aunque inédita, se funde con su expansión y mantiene un vínculo con su antiguo receptáculo, trazando un puente con el espacio que transforma, o una bahía desde la cual es posible zarpar en ascenso.
Fabián Ramírez declaró sobre esta exhibición offsite:
A pesar de que este sonido ha inaugurado una forma que nombramos “nueva”, reconocemos dentro de ella aspectos de lo conocido, pues participa de notas, acordes y armonías. Ahora bien, si efectivamente esa es la bahía que nos recuerda lo que conocemos del mundo y se mantiene ahí para que podamos ir y volver, no hay que tener miedo de ver más allá y dejarnos conducir por ella para redescubrirlo.
Hablamos entonces de un espacio sin más límites que los que el sonido pueda darle. Un espacio que vuelva posible esta tensión entre el ascenso y el mundo. Un espacio en donde la forma encuentra un nuevo ser que va y viene entre lo reconocible y lo irreconocible: una percepción palpitante.
¿No hablamos acaso todo este tiempo sobre pintura?
El trabajo de Fabián Ramírez (México, 1994) proviene de entender en la pintura la posibilidad de reconstruir el tiempo en su condensación matérica. A partir de un diálogo directo con la memoria, explora la pintura desde el posible ensamblaje de momentos que pueden suceder en la misma con el propósito de componer un universo abierto que permita reflejar lo transitorio de nuestra existencia frente a un orden superior al nuestro: el caos.
Estudió en la Facultad de Arte y Diseño de la UNAM (2012-2016) y actualmente continúa sus estudios en la Kunstakademie Düsseldorf (Alemania). Ha sido becario del FONCA en el programa Jóvenes creadores (2016-2017). Sus más recientes exposiciones individuales han sido Unter Freiem Himmel (2019), y die Ankunft der Caravane (2019). Su trabajo ha sido presentado en distintos recintos a nivel nacional, entre los que destacan el Museo de Arte Moderno (2018), la Galería Luis Adelantado México (2018), el Museo de Arte contemporáneo Alfredo Zalce (2018), el Centro de las Artes de San Luis Potosí (2017), el Instituto Cultural de León (2017), el
Museo Universitario de Ciencias y Artes (2016 y 2014) y la Galería Luis Nishizawa de la UNAM (2014).

 

El Ascenso

Aquel sonido que en su expansión por el espacio logra fundirse con éste, consigue transformarlo, dotándolo de nuevos límites, o mejor dicho, diluyéndolos, pues una vez que se está inmerso en tan lograda fusión, no se sabe más de ellos. Lo concreto es preso ya de
voluntades de una extremadamente caprichosa naturaleza.
Es así que en ese momento preciso, cuando los límites del espacio se ven rebasados por tal intensidad, que el espacio no puede fungir más como contenedor, pues para este punto, sus pesados muros se desploman ante la nueva forma que el sonido ha hecho de éste.
Es entonces, cuando esta “nueva forma” se sostiene por sí misma y ha roto con aquellas sujeciones que la mantenían atada, no tiene más techo que el infinito mismo, abriéndose una posibilidad, misma que se presenta como una tendencia, es decir, “el ascenso”.
No obstante, si bien esta “nueva forma” que en su liberación nos invita a perdernos en ella, es necesario recordar que aún mantiene viejo vínculo con su antiguo recipiente, pues si bien es de un ser inédito, su antecedente lo mantiene conectado al espacio, ya que al
transformarlo establece un puente con éste, o mejor dicho, una bahía, desde la cual se vuelve posible zarpar al ascenso.
A pesar de que este sonido ya descrito ha inaugurado ya una forma que nombramos “nueva”, reconocemos dentro de ella aspectos de lo conocido, pues participa de notas, acordes, armonías. No olvidemos ahora que sí, efectivamente esa es la bahía, que nos recuerda lo que conocemos del mundo y se mantiene ahí para ir y regresar, por lo cual no hay que tener miedo de ver más allá y dejarse conducir por ella para descubrirlo.
Hablamos entonces de un espacio sin más límites que los que el sonido pueda darle. Un espacio que vuelva posible esta tensión entre el ascenso y el mundo. Un espacio en donde la forma encuentra un nuevo ser que va y viene entre lo reconocible y lo irreconocible.
Percepción palpitante.
¿No hablamos acaso todo este tiempo sobre pintura?

 

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