- La secretaria de Cultura, Alejandra Frausto Guerrero, destacó el formato inclusivo de este concierto inmersivo como símbolo del movimiento cultural que hoy día se vive en el Complejo Cultural Los Pinos
Más de 200 artistas en escena y más de 300 personas intervinieron este domingo 18 de agosto de 2024 la Cancha de tenis del Complejo Cultural Los Pinos durante la interpretación de la Cantata Sueños, de Arturo Márquez, donde participaron grupos artísticos del Sistema Nacional de Fomento Musical (SNFM) como la Orquesta Escuela Carlos Chávez (OECCh), el Ensamble Escénico Vocal (EEV), y el Coro Sinfónico, acompañados del Coro de la Ciudad de México, la mezzosoprano Coral y de la mezzosoprano Coral Sabrina Díaz Huerta, el barítono Marcos Eduardo Herrera Manrique y, como narradora, Lily Márquez.
Al dar la bienvenida a este concierto, la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero, destacó el formato inclusivo de los conciertos inmersivos ¡Vive la música! en los cuales el público se integra a la orquesta como un miembro más. Este formato es el más elocuente para representar cómo se viven los derechos culturales en la actualidad.
“Este formato simboliza cómo se vive la cultura en el Complejo Cultural Los Pinos, gracias a la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien nos enseñó a no perder la esperanza y nos abrió este espacio; quien decidió no vivir en este lugar y se convirtiera en la casa oficial del pueblo de México, en donde los derechos culturales se viven todos los días con libertad”.
Y agregó: “Los sueños se cumplen, pero hay que luchar por ellos. Estamos en este cierre de ciclo, en este espacio que antes era prohibido para todos y en el que ahora las culturas viven de manera feliz. Y se cumple otro sueño, este concierto en este formato que creo que es el más elocuente para los derechos culturales. Quienes no tenemos la fortuna de saber tocar una viola, de tener el talento para tocar un violín o un oboe estamos inmersos en la orquesta, como uno más, y esto es lo que no se nos debe olvidar, estos espacios ganados son los que no se nos deben olvidar”.
El movimiento continúa y seguiremos celebrando los derechos culturales como hasta hoy, señaló la titular de la Cultura en el país, para después dar paso a la interpretación de esta Cantata Sueños, de Arturo Márquez, la cual hace 18 años formó parte de las jornadas culturales que se apropiaron del Zócalo capitalino, siendo interpretada por un coro monumental, dirigido por Eduardo García Barrios y en el que también participaron cantantes como Gloria Santana, Margarita García Bustos, Rocío Alonso, Alicia Vicuña, Maria Dolores Naranjo, Josefina Félix, Inés Vega, Isabel López y Laura Lozada, que en la actualidad forman parte del Coro Sinfónico del SNFM.
La primera voz en escucharse fue la de Lily Márquez, quien intervino como narradora en esta obra dividida en cinco movimientos: Es un sueño todavía, evocación de esa esperanza por el bienestar común de cualquier país, la cual retoma una décima del poeta y compositor mexicano Guillermo Velázquez; Sin lamento, segundo movimiento que hace referencia a la carta escrita en 1852 por el jefe Seattle— líder de las tribus amerindias suquamish y duwamish—, en la cual expone la importancia de ser responsables con el medio ambiente y del respeto por los derechos territoriales de los nativos americanos. Aforismos. Tercer movimiento que alude a la filosofía pacifista de Mahatma Gandhi, Tengo un sueño, basado en el discurso libertario de Martín Luther King, y el quinto Internacionalicemos, movimiento que retoma el ensayo del Dr. Cristovam Buarque, ministro de Educación de Brasil en el año 2000, en el cual invita a reflexionar sobre la degradación ambiental.
El público integrado entre la orquesta observó atento cada uno de los gestos, respiraciones y movimientos que hacían las y los instrumentistas que tenían a su lado o de frente; la formación circular de las y los instrumentistas de la OECCh permitió a niñas, niños, mujeres, hombres y adultos mayores vivir de manera orgánica el hecho musical; algunas miradas fueron atrapadas por la amplitud de las arcadas que daban las y los violinistas; otras por la forma y la potencia sonora de los instrumentos de aliento metal (cornos, trompetas, trombones y tubas); otras por el sonido dulce de las flautas; el registro de los clarinetes, los oboes y fagotes; los glissandos y arpegios de los arpistas y la precisión y potencia de las percusiones.
El director musical, Eduardo García Barrios, con la vehemencia y pasión que lo caracteriza guío a la joven orquesta y envolvió al público en la narrativa de esta obra musical, cuyos textos fueron adaptados por Eduardo Langagne, quién estuvo presente en este concierto.
El concierto aún se puede disfrutar a través de las redes sociales de la Secretaría de Cultura federal, con el apoyo de Canal 22 y Radio Educación en: facebook.com/share/v/WGFqtoW1VUVhpP2s/?mibextid=QwDbR1