Martín Lara Becerril, vicario general de la Diócesis de Querétaro, destacó que la Procesión del Silencio no constituye la Liturgia, se trata de una parte correspondiente a la piedad popular.
La intención radica en caminar en silencio y acompañar a Jesús, quien se desplazó cargando su cruz desde el Pretorio (lugar donde fue condenado por Pilato), hasta el Monte Calvario. Derivado de lo anterior, las personas participantes no rezan ni entonan cánticos, únicamente andan silenciosamente, en tanto que, los llamados «penitentes», cubren su identidad porque hacen ese sacrificio exclusivamente por Cristo.
Puede haber quienes intervengan en esta actividad por una manda o agradecimiento. En Querétaro cada año aumenta el número de penitentes, incluso, Lara Becerril, destacó la oportunidad de haber conocido a 70 jóvenes que cargarían su cruz este Viernes Santo, y unirían los dolores con Cristo.
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Interesante, reportaje