Edgar Robes, director de la obra «De los sueños de ayer», ejecutada por la compañía Danza-Impulso en el marco del XXX aniversario del Centro Nacional de las Artes (CENART), acentuó la relevancia de tener presente el valor del recinto antes mencionado, y evitar restarle mérito a su trascendencia por tornarse habitual su presencia en el entorno cercano. En su caso, prevalece el asombro generado por este sitio, incluso, tiene en mente con profundo aprecio cuando abrió sus puertas por primera vez. Desde ese momento hasta nuestros días, ha resultado un lugar por demás necesario para la vida artística y cultural, no únicamente de la capital mexicana.
«De los sueños de ayer» es una puesta escena muy nutrida y diversa, da lugar a toda posibilidad, facilita el acercamiento de públicos distintos; sin embargo, su enfoque está dirigido primordialmente al sector adolescente, debido a la temática y su tratamiento.
“Los temerosos“ son dos personajes ficticios (muñecos corporales de tela), quienes se encuentran y complementan en ese lugar onírico sin tiempo ni espacio definido, en el que, acompañados podrán ser capaces de superar sus miedos, precisa Edgar Robles, al hacer resaltar cómo la metáfora de la dualidad de los personajes referidos previamente, con los monstruos de la soledad y el rechazo social, asigna a todos los personajes idéntico protagonismo
Reconocer que uno mismo es el creador y proveedor de toda aquella emoción, cuyo resultado displacentero estimula nuestra capacidad de alerta es el fin de esta pieza, en la cual, existen elementos sonoros, físicos y visuales para brindar al espectador una mejor lectura el discurso dancístico, aunado a lo anterior; misterio, incertidumbre y descubrimiento son conceptos integrantes de la tónica en la obra, donde es reconocible la condición de vulnerabilidad de todo individuo al enfrentar sus propios temores, así como la aceptación de los mismos, siempre manteniendo la convivencia,
Para concluir su información, acentuó cómo al ser una obra de danza contemporánea con elementos del teatro negro, crea un discurso con peculiares factores, muy familiares para el público, razón por la cual, es viable llevarlos a una experiencia personal.
