En Plaza de Armas se llevaron a cabo «lecturas sobre la Fundación de la Ciudad», en el marco del 492 aniversario de la Fundación de la ciudad Santiago de Querétaro.
Gloria Eugenia García Alcocer, responsable del Fondo Editorial de Querétaro, encabezó la actividad; y, para finalizar de gran manera este ejercicio la Mtra. Sol Meré, hizo la lectura dramatizada e hizo resaltar que «cuenta la leyenda que resonaron las cajas y los clarines, el teponaztle y el huéhuetl, la chirimía y el caracol; y, al ritmo de bailes y alaridos se inició la guerra, los otomíes y purépechas, los conquistadores comandados por Nicolás de San Luis Montañez y Fernando de Tapia «Conín»; y, los chichimecas bajo el mando de los capitanes Don Lobo y Don Coyote. En el campo retumbaron las descargas cerradas de los fusiles, a lo alto; y, con la polvareda que levantaban los pies de los combatientes, el humo de la pólvora, y las flechas dispararon al viento, y un eclipse de sol que parece haber sobrevenido en ese punto, se oscureció el día, de tal manera que se hicieron visibles las estrellas, y la lucha se prolongó sin que uno ni otro bando se rindiera. Cuando el ejército al servicio de la Corona Española desfallecía, ante el ímpetu de los indomables chichimecas, apareció en los cielos Señor Santiago montado en brioso corcel, blandiendo férrea espada y una gran Cruz luminosa. Los naturales al verla, al grito de “él es Dios”, comenzaron a danzar, rindiéndose aceptaron la sumisión a la Corona de España.
Este acontecimiento fue registrado por cronistas de la Orden Franciscana y los primeros relatos datan del Siglo XVII, destacó Sol Meré, quien contó otra versión al respecto: «Chichimecas aparecen, Otomíes por otro lado. La historia cuenta que para lograr este objetivo, España pidió la colaboración del jefe español; Hernán Pérez, y del cacique otomí ya españolizado, Nicolás de San Luis de Montañez, para convencer a «Conín», un indígena comerciante otomí que iba a esta región para que persuadiera a los nativos de dejarse conquistar pacíficamente. Ya bautizado «Conín» como Fernando de Tapia o Hernando de Tapia, de manera concertada y sin armas, un día como hoy, 25 de julio pero de 1531 en la Loma de San Gremal hubo una batalla entre cristianos e indígenas (otomíes y chichimecas) que se oponían a la conquista. Fue una batalla larga y sangrienta, y la Cruz mientras ahí, en ese punto es donde entra la leyenda, supuestamente ya al estar muy cansados y casi derrotados, los españoles invocaron al patrón de las Españas, el Apóstol Santiago, cuando apareció en el cielo hubo un eclipse que cubrió el sol por completo en la obscuridad, observaron una gran cruz luminosa, y la figura del Apóstol cabalgando fue una señal de derrota, Su dios los había abandonado, en cambio los cristianos recibieron apoyo del suyo, donde otomíes, chichimecas y pamen se dieron un abrazo, y se inició una nueva etapa que hoy nos regocijamos de celebrar».