El Papa Francisco envió víveres de primera necesidad para apoyar a la población afectada por la guerra, especialmente en la zona inundada tras la destrucción de la presa de Nueva Kajovka, en Ucrania.
Desde el Hospital Gemelli, llegó la recomendación del Santo Padre al Dicasterio para el Servicio de la Caridad para enviar ayuda humanitaria a Jersón, la zona más dañada tras la destrucción de la presa Nueva Kajovka, que ocurrió el 6 de junio.
Según informó el Vaticano, el centro de recolección de los víveres ha sido la Iglesia de Santa Sofía, casa espiritual de la comunidad greco-católica ucraniana de Roma. Desde allí se organiza el envío de comida, vestidos y utensilios, gracias al trabajo de varios voluntarios, para apoyar a la población flagelada por la guerra en el país del este europeo.