En el Centro de las Artes de Querétaro (CEART), sede de la Secretaría de Cultura del Estado de Querétaro, la Mtra. Barbara Alvarado, en el marco del Día Internacional de la Danza, llevó a cabo el conversatorio: «La vinculación entre la creación, la interpretación y los procesos de enseñanza».
«Nunca he creído en una verdad única, ni propia ni ajena. Creo que todas las escuelas, todas las teorías pueden ser válidas en determinado lugar, en determinado momento. Pero a la vez he descubierto que uno sólo puede vivir si posee una absoluta y apasionada identificación con un punto de vista.
Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, y vamos cambiando y el mundo va cambiando, los objetivos se modifican y los puntos de vista cambian. Cuando reflexiono sobre tantos años de ensayos escritos, de ideas expresadas en infinidad de lugares, en incontables ocasiones, hay algo que me golpea con contundente certeza. Para cualquier punto de vista sea útil, uno debe comprometerse con el complemente, debe defenderlo incluso hasta la muerte. No obstante, al mismo tiempo, hay una voz interior que nos murmura: No lo tomes tan enserio. Afírmalo con fuerza, abandónalo con ligereza», citó Barbara un prefacio del libro «Más allá del espacio vacío» de Peter Brook, uno de los máximos referentes del teatro a nivel mundial.
La experta comentó sobre procesos de enseñanza-aprendizaje; creativos e interpretativos. Al respecto, destacó que la danza emplea como instrumento al ser completo en estos procesos; toda vez que, es creador e instrumento, también es maestro, instrumento e interprete; del mismo modo, es el interprete y es el instrumento.
Barbara explicó tres conceptos fundamentales y su relación con la persona ubicada al centro.
Bios: la vida, el cuerpo, cada fragmento de él; el movimiento.
Psique: Piso filosófico, filosofía, manera de pensarse, pensar la existencia, procesos de significación.
Contexto: Tiempo, lugar, espacio, país, ciudad, colonia, etc. La realidad que se habita: paradigma.
Para concluir, la maestra Barbara Alvarado, hizo resaltar que, para ella, en la danza primero somos huesos, y a partir de allí, permítase ser redundantes, de esos huesos, debemos empezar a transformarnos con el canto del alma, en otra cosa, incluso, en caminadores del tiempo, pero sobre todo, el aspecto más trascendente radica en ayudar a los demás a hacerlo; y, cuando uno tiene duda, permitir que otra persona sugiera cuál camino seguir; toda vez que, resulta permisible caer, perderse y solicitar ayuda; pero siempre debe haber reciprocidad.