POR CYNTHIA PÉREZ | ACI Prensa
Te compartimos el mensaje en el que Cristo mismo nos revela por qué permitió que su corazón fuera traspasado durante su crucifixión.
En la Sagrada Biblia se narra que Jesús, muerto en la cruz, recibió una lanza que le traspasó el corazón.
En el Evangelio de Juan se narra lo siguiente: “Al llegar a Jesús, viendo que estaba muerto, no le quebraron las piernas; sino que un soldado le abrió el costado con una lanza. En seguida brotó sangre y agua”.
“Esto sucedió de modo que se cumpliera la Escritura que dice: No le quebrarán ni un hueso; y otro pasaje de la Escritura dice: Mirarán al que ellos mismos atravesaron”, agrega.
Muchos siglos después, el Señor le reveló a Santa Catalina de Siena, laica italiana y doctora de la Iglesia, el mensaje que explica este misterio.
Santa Catalina le preguntó al Señor: “Dulce Cordero sin mancha, tú estabas muerto cuando tu costado fue abierto. ¿Para qué, entonces, permitiste que tu Corazón fuese de tal forma herido y abierto a la fuerza?”.
Cristo le contestó: “Por varias razones, de las que te diré la principal. Mis deseos hacia la raza humana eran infinitos y el tiempo actual de sufrimiento y tortura estaban al terminar”.
“Ya que mi amor es infinito, yo no podía por este sufrimiento manifestarte cuánto te amo. Es por eso que yo quise revelarte el secreto de mi corazón, permitiéndote verlo abierto, para que puedas entender que te amé mucho más de lo que te podía probar por un sufrimiento que ha terminado”.
Luego, hace más de trescientos años, Jesucristo se le presentó en varias ocasiones a Santa Margarita María de Alacoque y, mostrándole su Sagrado Corazón, le pidió que comparta una serie de mensajes para la salvación de las almas.
“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, sólo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes por medio de sus irreverencias y sacrilegios, así como por las frialdades y menosprecios que tienen para conmigo en este Sacramento de amor. Pero lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado”, dijo.
“Por eso te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares. También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute”, añadió.